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Ocho años después del sacrificio de Excálibur, la justicia rechaza el recurso de su familia pidiendo una indemnización

Ocho años después del sacrificio de Excálibur, la justicia rechaza el recurso de su familia pidiendo una indemnización

Última actualización del articulo el día 24/04/2022

"La actuación de la justicia española es vergonzosa: Teresa Romero y Javier Limón, condenados a pagar 2100€ por entender la justicia que existe mala fe al denunciar la ejecución de su perro Excalibur. Nos solidarizamos con ellos. No olvidamos a Excalibur", decían desde PACMA en twitter al conocer la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Esta semana, ocho años después de que la auxiliar de enfermería Teresa Romero diera positivo en las pruebas del Ébola, ocho años después de que su perro, Excálibur, fuera sacrificado por orden judicial y a instancias de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la justicia ha dado carpetazo definitivo al intento de esta familia por lograr una indemnización por el daño que les causó esa cruel decisión.

Como podréis leer en El Mundo, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid condena a Romero y a su pareja, Javier Limón, a pagar las costas tras haber desestimado el recurso que habían impuesto contra la resolución previa en la que les negaban la indemnización de 150.000 euros por daños morales tras el sacrificio de Excálibur.

Lo hacen amparándose en lo que la ley de la jurisdicción contenciosa califica de «mala fe o temeridad». No es que les condenen por denunciar su muerte sino que al haber perdido el recurso, tienen que pagar las costas del mismo. 

En resumen, la justicia considera definitiva y oficialmente que fue correcta la decisión de sacrificar al perro sin más, sin saber si se había contagiado, sin plantear la posibilidad de aislarlo porque, en teoría, no había dónde hacerlo y porque, en teoría, el riesgo era demasiado elevado. 

Como ya dictaminaran en la anterior sentencia, para la justicia, la Comunidad de Madrid actuó según los principios de precaución y pertinencia y los dueños del perro, dicen, no sufrieron daños morales y por tanto no tienen derecho a ser indemnizados. 

PD Resulta bastante triste leer algunos de los comentarios que la noticia ha suscitado, como si Teresa Romero y Javier Limón solo hubieran buscado "sacar tajada" de la muerte de su perro.

 

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