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Salud perruna

Lavar la boca con agua o suero, clave para evitar lesiones tras el contacto con la procesionaria del pino

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Última actualización del articulo el día 25/02/2022

Investigadores franceses de la Universidad de Lyon han compartido un útil análisis sobre los efectos de la procesionaria del pino en perros tras el primer estudio (retrospectivo) sobre los efectos y consecuencias del contacto con las orugas.

En España la procesionaria llega antes cada año: aunque, en teoría, era en primavera cuando había que estar particularmente alerta lo cierto es que cada año llegan antes; se puede bajar la guardia ni en enero. 

 

Todos los años hay plagas en muchas localidades, en los parques de la ciudad. Y si vais a salir al campo, a zonas donde haya pinos, hay que estar alerta. 

Tened en cuenta, además, que en la hierba no siempre es fácil ver las hileras de procesionaria. SI hay pinos cerca, hay que ir con mucho ojo (o, casi mejor, evitar la zona del todo)

¿Por qué es tan peligrosa esa oruga? Pues porque cada una tiene unos 500.000 pelos o tricomas especiales que son como pequeños dardos o flechas envenenados. Son pelos realmente minúsculos que se desprenden con facilidad por lo que además del riesgo de urticaria por contacto directoexiste un riesgo añadido, aunque menor, por contacto vía aérea.

Cuando un perro (o un humano) toca esos dardos envenenados, sufre una reacción alérgica, una dermatitis urticante que puede ser más o menos grave: pueden dar problemas oculares, bronquiales e incluso anafilaxia severa.

Un perro que ha entrado en contacto con la procesionaria puede ponerse nervioso, tragar constamentemente, tratará de tocarse la boca con las patas y quizá tenga hipersalivación. En pocos minutos puede desarrollar un edema de la lengua y en casos graves tendrá problemas para respirar. 

Aquí os contamos cómo reconocer a las procesionarias 

El propósito del estudio de la Universidad de Lyon era describir las manifestaciones clínicas y los factores de riesgo relacionados con la exposición a la procesionaria. Los investigadores han analizado los datos de 109 perros que habían entrado en contacto con la procesionaria entre los años 2000 y 2016. 

- Se observaron lesiones en la lengua en 94 de los 109 perros: las lesiones variaron entre edema y necrosis severa. 

- 52 perros sufrieron vómitos, 6 disnea, 4 hipovolemia y sólo 2 diarrea.

Los investigadores dividieron a los perros en tres grupos, en función del tiempo transcurrido desde que el can entró en contacto con las orugas y el momento en el que se llevó a cabo el lavado oral, en casa o en el veterinario. Y esta es la clave, precisamente, para evitar secuelas según se desprende del estudio: la progresión de las lesiones necróticas es más graves cuanto más tiempo transcurre hasta que se lava la boca al can.

Los perros del primer grupo, un 35%, recibieron el lavado bucal en 2 horas. Los perros del segundo grupo entre 2 y 6 horas. Y los canes del tercer grupo tras más de 6h. 

La necrosis de la lengua se produjo con mucho más frecuencia en los perros del grupo 3 tanto en el primer momento de ser atendidos (45% de los casos frente a 5% y 5%), como posteriormente, tras ser ingresados en una clínica (65% grupo 3, 21% grupo 1 y 31% grupo 2). 23 perros tuvieron necrosis persistente y definitiva, sin mayores consecuencias sobre su calidad de vida.  

La tasa de supervivencia después de la exposición fue del 97%:es decir, lo normal es que los perros se recuperen pero en un porcentaje pequeño, no logran superar la reacción alérgica y mueren. 

¿Qué puedes hacer si tu perro entra en contacto con la procesionaria?

Os lo aclaramos junto con los expertos de Mi Mascota y yo:

- Intenta sacar al perro de la zona donde haya orugas: es fácil que por nerviosismo o dolor se produzcan nuevos contactos, empeorando las lesiones. 

- Abrir la boca para observar el estado de la lengua y de las mucosas orales para localizar el área afectada.

Lavar la zona afectada. Lo ideal sería con suero fisiológico pero dado que hay que hacerlo cuanto antes, sirve el agua del grifo, tibia, ya que el calor disminuye la actividad de la toxina.

-  Lavar la zona de forma que el perro no la trague el agua sino que vaya de dentro hacia fuera para intentar arrastrar los pelos de las orugas al exterior.

Si tienes una jeringa, te puede ayudar porque podrás meter el agua por el lateral de la boca, dirigiéndola hacia adelante.Lo mismo nos sirve para los ojos, que pueden lavarse bien con agua o con suero fisiológico abundantes.

Evitar frotar la zona porque romperíamos los pelos facilitando la liberación de más toxina

-  Acudir a un veterinario cuanto antes:así podrán tratar a tu can y evaluar si necesita ser ingresado.

 

La pobre Ula, la perrina de Sara (Nomad Dog) ha tenido que ser hospitalizada porque se tragó una procesionaria. Ha estado muy, muy pachucha, ha perdido parte de la lengua por la necrosis y su recuperación está siendo complicada, mostrando lo peligrosísimas que son estas orugas.

 

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