"Nunca podría haber imaginado la conexión que desarrollas con algunas personas cuando las cuidas", explicaba en prensa Kimberly Still, enfermera del Hospital Northside Gwinnett.
Still atendió a una paciente terminal con la que conectó de manera especial, estuvo con ella hasta el final y sabía que esta mujer solo tenía una preocupación, su perro, su chihuahua, Jax. Porque esta mujer no tenía hijos o familia cercana, su perro lo era todo para ella.
Cuando murió y llegaron algunos familiares, Kimberly Still pudo hablar con ellos y le dijeron que habían entregado el perro en una perrera. Ella no lo dudó. Sabía que había una cosa más que podía hacer, darle a Jax un nuevo hogar. Como así ha sido, junto a ella y su otro perrete.
Esta maravillosa historia nos recuerda también lo importante que es pensar en un futuro en el que nosotros no estemos ahí para cuidar de nuestros perros.
En caso de no tener familia o alguien de confianza que pueda hacerse cargo, es buena idea hablar con alguna protectora cercana, alguna asociación con la que colaboremos o tengamos alguna relación, para garantizar que pudieran ocuparse de nuestro perro. Algunas, como El Refugio, tienen programas específicos para ello.
Kimberly Still ha recibido un muy merecido premio por ese gesto tan bello.
If this post was a novel, the title would be, "A Nurse, A Caring Bond and A Pup Named Jax." Take a minute to read how...
Posted by Northside Hospital Healthcare System on Tuesday, August 2, 2022
Te puede interesar
