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Parásitos internos en perros: por qué son peligrosos y cómo proteger a los canes

Parásitos internos en perros: por qué son peligrosos y cómo proteger a los canes

Última actualización del articulo el día 21/06/2022

Los parásitos internos en perros pueden suponer una seria amenaza para la salud de los canes y, en algunos casos, para las personas. Por eso es tan importante mantener una pauta de desparasitación adecuada, la que nos indique nuestro veterinario dependiendo de los hábitos de nuestro can y también de las personas con las que esté en contacto.

Beatriz Delgado, veterinaria de Elanco, nos ha aclarado un montón de dudas sobre los vermes, incluyendo uno de los más peligrosos, el gusano del corazón.

Si queréis conocer cómo puede un perro infectarse, los síntomas a tener en cuenta y qué hemos de hacer para protegerlos, a continuación os damos todos los detalles.

En España hay tres tipos de parásitos internos en perros que pueden preocuparnos: por un lado están los protozoos, que se dan más frecuentemente en cachorros, canes jóvenes o colectivos (camadas de cachorros, protectoras, etc.) para los que suele hacerse un tratamiento curativo cuando se detectan.

Por otro los nematodos,que son gusanos redondos como toxocara, ancilostomas, el gusano del corazón o del pulmón. Y los cestodos, los gusanos planos comunmente conocidos como tenias, como el echinococcus. En estos casos sí podemos y debemos proteger a nuestros perros -y es importante hacerlo correctamente, dado que algunos como el gusano del corazón o el echinococcus son particularmente peligrosos.

Para consultar información detallada sobre cada tipo de parásito os recomendamos la guía de ESCCAP, es muy completa y se puede consultar en español aquí.

¿Cómo llegan los parásitos internos a nuestros perros?

Lo más habitual es a través de la comida pero también hay otras vías, como nos aclara Beatriz Delgado.

Los perros pueden infestarse al comer carne cruda contaminada (roedores, caza...) o vísceras crudas. Es decir, aunque nuestro can sea un perro urbano, si va suelto por el parque o por el campo y come algo fuera de nuestra vista, podría correr el riesgo de contagiarse.

La restos de comida humana con los que nos podemos topar en la mayoría de parques no suelen ser foco de infecciones pero si un perro come, por ejemplo, excrementos de otros canes o de personas, entonces sí podría coger parásitos. 

Además, los huevos de los parásitos o alguna larva podrían pasar directamente del suelo a la piel o la boca de nuestro perro y también, si interactúa con algún can que tenga parásitos, podrían pasar del pelo o de la boca de este otro perro al nuestro.

Incluso podríamos, sin darnos cuenta, ser nosotros los que trajéramos los parásitos a casa en la suela de los zapatos..

Por regla general, si todos desparasitáramos adecuadamente a nuestros canes, el peligro disminuiría exponencialmente.

¿Hay que desparasitar internamente a TODOS los perros y con qué frecuencia?

Sí, sin duda: hay que hacer una desparatistación en base al riesgo, es decir valorar el riesgo que tiene ese perro de adquirir parásitos y establecer una frecuencia de desparasitación adecuada. El objetivo es eliminar al parásito antes de que ponga huevos porque entonces ya son transmisibles.

Se suele recomendar una pauta trimestral, cada tres meses. Pero si es necesario puede ser cada mes y medio o cada mes.

En los cachorros se hace un protocolo de desparasitación inicial diferente para cubrir posibles parásitos internos que les haya podido transferir la madre durante la gestación, el parto o la lactancia. Después se suele recomendar una desparasitación mensual al menos hasta los 6 meses de vida. A partir de ahí no habría diferencia entre animales jóvenes, adultos y viejos.

Lo importante es tener presente que no solo depende del perro y de su tipo de vida sino también de con quién va a convivir ese can. Esto es así porque el riesgo es mayor para los niños pequeños, las personas inmunodeprimidas, mayores o las mujeres embarazadas. En todos estos casos, será importante desparasitar con una mayor frecuencia para evitar que nuestro perro pueda tener parásitos zoonóticos, que podrían afectar aún más a estas personas.

Mantener una higiene adecuada (lavarnos las manos después de estar en contacto con un animal que desconocemos si está parasitado, no llevarnos las manos a la boca, etc..) y evitar el contacto directo con las heces de perros y gatos ya contribuye a controlar los riesgos pero aumentar la frecuencia de la desparasitación ofrece una garantía adicional.  

Normalmente los antiparasitarios tienen un efecto de barrido: eliminan los parásitos que tenga el animal en ese momento pero si se vuelve a infectar al cabo de unos días, ya no estará protegido.

Por eso es tan importante adecuar la frecuencia de desparasitación al riesgo de infestación de cada animal. Si tenemos dudas, con una desparasitación mensual nos aseguramos de eliminar los parásitos antes de que pongan huevos y evitamos el riesgo de que se transmitan a las personas.

Lo normal es que la pauta incluya desparasitación interna pero si un animal está parasitado por cestodos (tenias), como eliminará huevos por las heces y pueden quedarse adheridos al pelo, también será recomendable limpiar bien esa zona de su cuerpo. 

No es, en ningún caso, peligroso para nuestro perro siempre que administremos los productos adecuados y a las dosis correctas, las que nos haya pautado nuestro veterinario. Puede, por supuesto, surgir una reacción individual puntual pero no es frecuente.

¿Qué síntomas pueden indicarnos que nuestro perro tiene algún parásito interno?

Depende mucho del tipo de parásito y también del perro: hay canes que pueden estar parasitados y ser totalmente asintomáticos.

En otros casos podemos ver vómitos, diarrea, podemos incluso llegar a ver los parásitos en las cacas, hay perros que arrastran la parte posterior por el suelo para rascarse o a los que les cuesta dormir por los picores, pueden tener anemia, hiperactividad... Y en el caso de los cachorros, mostrar el abdomen hinchado.

Como esto podría ser síntoma de parásitos o de otras dolencias lo que hay que hacer es ir al veterinario para que pueda confirmarlo.

¿Qué pruebas sería recomendable hacerle a nuestro perro para asegurarnos que no tiene parásitos internos?

Se recomienda hacer un análisis de heces (un análisis coprológico) periódicamente para chequear que la frecuencia de desparasitación es correcta. Debe ser su veterinario quein recomiende cuándo hacerlo en cada caso.

¿Por qué son peligrosos los parásitos internos?

El peligro dependará del parásito, del estado del perro y de la carga parasitaria: si es muy alta puede producir desnutrición severa porque el parásito "compite" con el perro por los nutrientes. Los parásitos le están robando la comida a nuestro perro, por así decirlo.

Algunos parásitos son hematófagos, se alimentan de sangre, si hay una carga muy elevada pueden producir anemias graves.

En estas situaciones, si el animal además está inmunodeprimido (por ejemplo un cachorro que no ha tomado calostro de la madre, o un animal mantenido en malas condiciones higiénicas o afectado por otra enfermedad que debilite su sistema inmune) el riesgo es mayor.

Además, hay parásitos internos de los perros que son peligrosos e incluso potencialmente mortales para las personas: por ejemplo el echinococcus que produce el quiste hidatídico.

Hoy por hoy está muy controlado porque se ha hecho una prevención muy buena, pero no hay que bajar la guarda porque se trata de una enfermedad muy grave que puede permanecer asintomática en personas durante 20 años.

Hay que tener presente que los animales que llegan desde otras zonas de Europa -como Ucrania- pueden tener parásitos que aquí no son habituales pero allí sí.

El gusano del corazón, un peligro en aumento en España

El gusano del corazón es un nematodo que se transmite a través de los mosquitos, y no necesita una especie concreta de mosquito para transmitirse, lo puede hacer casi cualquier mosquito.

El problema es que desde que el mosquito lo transmite hasta seis meses después, no lo podemos detectar. No hay forma de saber que el animal tiene el parásito.

Según las zonas, hay una probabilidad mayor o menor de adquirir este parásito, que produce una enfermedad, la dirofilariosis, que puede ser mortal. Y que incluso tratándola puede dejar secuelas permanentes en el animal que le ocasionen otros problemas graves de salud. 

Es importante recordar que, tal y como se ha demostrado en un reciente estudio, el gusano del corazón está presente en cada vez más zonas de España: se están dando casos en localidades donde nunca antes había preocupado la presencia de este parásito. Por eso mismo no hay que bajar la guardia, tanto si vives en una zona endémica de dirofilariosis o te vas a desplazar a una zona donde el riesgo es elevado. 

Hay que proteger a los perros con productos específicamente indicados para prevenir la dirofilariosis -los que nos recomiende nuestro veterinario- y dependiendo del que elijamos (hay comprimidos, pipetas o incluso medicamentos injectables) habrá que seguir una pauta diferente para asegurarnos de que sean totalmente efectivos.

También es importante recalcar que un perro que sea positivo a filaria no puede contagiarle la enfermedad directamente a una persona. Es el mosquito el que transmite la filaria, y en personas suele cursar de forma leve

¿Cuáles son los síntomas de que un perro puede tener la filariosis canina?

Los gusanos cuando se hacen adultos miden 30-35 cm y se concentran en el corazón, el pulmón y los grandes vasos. Puede haber cientos de ellos dentro de un perro infectado y esto es lo que genera los síntomas más habituales: tos e intolerancia al ejercicio, el perro se cansa mucho. Dependiendo de cuántos gusanos haya, los síntomas serán más o menos intensos.

Lo más preocupante es, como comentábamos al comienzo, que el animal puede estar infectado y ser asintomático durante meses. Por eso es tan importante la prevención.

Ante la mínima sospecha de que un can pueda tener el gusano del corazón hay que ir al veterinario cuanto antes. En la clínica explorarán al perro can y le harán un test para confirmar la presencia de dirofilarias (gusano del corazón). Si el resultado del test es positivo y el animal está infectado comenzará un tratamiento con varios fármacos, un tratamiento que dura varios meses. Según cuando se haya diagnosticado y el grado de enfermedad que padezca el perro, el pronóstico será mejor o peor.

Hay que tener presente que la dirofilariosis se puede curar pero, a veces, aunque se elimine el parásito quedan secuelas en el perro que le afectarán de por vida y que mermarán su calidad de vida.

De ahí, reitera Beatriz, la importancia de proteger de manera adecuada a nuestros perros.

Si nuestro perro tiene parásitos internos, ¿es peligroso para nosotros? ¿Cómo podría transmitirnos un perro parásitos internos?

Hay parásitos internos que producen zoonosis, es decir, pueden producir enfermedades en las personas. Se pueden transmitir por lamido o por contacto directo con las heces, o con el pelo del animal (si está contaminado por huevos del parásito) si después nos llevamos las manos a la boca.

Según el parásito el riesgo puede ser mayor o menor. Como explicábamos al comienzo al hablar del quiste hidiatídico, algunas de estas zoonosis pueden ser asintomáticas durante años y cuando dan síntomas tener mal pronóstico.

También hay parásitos que se pueden adquirir a través de la piel al andar descalzos, por ejemplo, en un sitio donde conviven animales parasitados si ha habido heces en el suelo y no se ha desinfectado adecuadamente.

 

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