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Consejos prácticos para que un perro adoptado sea un perro feliz: cómo lograr que se sienta seguro y querido

Consejos prácticos para que un perro adoptado sea un perro feliz: cómo lograr que se sienta seguro y querido

Última actualización del articulo el día 01/11/2022

Cuando un perro recién adoptado llega a casa lo más habitual es que experimente miedo o incertidumbre, que esté estresado, explica Santi Vidal, educador canino y responsable, junto a Eli Hinojosa, de Más que Guau.

Su vida ha cambiado para mejor, es como si le hubiera tocado la lotería, pero aún no lo sabe y tenemos que darle tiempo y espacio para que pueda darse cuenta.

¿Cómo lograr que esa adopción vaya lo mejor posible? Casi todos los meses Santi y Eli ofrecen charlas gratuitas para adoptantes o casas de acogida, -en colaboración con El Campito Salvando Peludos-, para ayudar a que ese proceso sea un éxito.

Compartimos aquí algunos de sus consejos: si seguís a Más que Guau o Salvando Peludosen redes os podréis apuntar a próximas convocatorias de estas charlas gratuitas.

¿Qué es lo más importante cuando un perro adoptado llega a tu casa? No es enseñarle las normas o reglas de convivencia, es conseguir que ese perro se sienta seguro y que se sienta querido.

¿Cómo lograrlo?Una forma muy buena es dejar que el perro tome la iniciativa, siempre. ¿Quieres acariciarle? Deja que sea el can el que se acerque… Dale espacio, háblale de forma dulce, escúchalo, aprende sobre comunicación canina y las señales de calma.

Cuando un perro llega a casa por primera vez hay que hacer todo de forma gradual, también las muestras de cariño, los paseos...

Hay que estar ahí para ayudar al perro en ese proceso de adaptación, con paciencia y calma: el can a lo mejor nunca antes ha paseado con correa ni ha tenido la oportunidad de viajar en coche o de estar en una calle llena de gente y ruidos. 

Hay que alimentar a esos perros de vida, pero no darles un atracón: si le das demasiados estímulos podría convertirse en un problema.

Hay que presentarle todo, poco a poco, para que puedan ir digiriéndolo, tanto la actividad como la soledad. Lo que necesitan la mayoría es mucho descanso. 

Los perros y la soledad

Cuando adoptas a un perro o cuando eres casa da acogida para un perro habría que intentar no dejar solo al perro los primeros días: es posible que nunca antes haya estado solo. Es muy importante intentar enseñarle la soledad de forma gradual.

La mejor forma es que se quede solo cuando ya entiende que esa es su casa.

“Lo que un perro recién adoptado necesita mucha compañía y baja interacción”

Y empezamos a trabajar la independencia: voy al baño, cierro la puerta. Voy a la cocina, cierro la puerta...

Ningún perro nace preparado para la soledad. Hay que enseñarles poco a poco.

¿Porqué hay tantos con ansiedad por separación? porque hacemos las cosas mal. Porque hacemos caso a esas personas que dicen que hay que "enseñarle su sitio" al perro y dejarlo solo, ladrando, cuando aún no está preparado para gestionar esa soledad.

La importancia de entender el estrés en los perros 

No hay que preocuparse si al adoptar a un perro muestra estrés, es normal: ese estrés -si hacemos bien las cosas- hará que el perro se adapte a nuestra casa.

Para eso son útiles las rutinas, crear rutinas cotidianas que sean todo lo estables que podamos, esto ayudará a nuestro perro.

Y será útil tratar de ir reduciendo su estrés y no aumentarlo, incluso sin darnos cuenta: para ello es clave saber qué es lo que puede estresar a un perro. Esta lista no es exhaustiva pero sí contiene las cosas que con más frecuencia pueden generarles estrés a los canes: 

Las correcciones, los castigos, las correas cortas, el mal manejo de correa, la soledad o el sentirse apartados, las caricias inadecuadas -es importante entender que hasta la mejor caricia del mundo, en el momento inadecuado molesta, irrita y te estresa- es muy importante conversar con el perro, ver qué le gusta…

También les estresa que te muevas deprisa, o el que vayas en línea recta hacia ellos, el que alguien se agache sobre ellos (hay que agacharse a su lado, por ejemplo, cuando quieres colocarle el arnés)… También el dolor, la enfermedad, la falta de descanso, la excitación inducida (esos "eventos" que generamos al salir de casa o cuando llega alguien de visita, anunciándoselo al can como si fuera la llegada de Papá Noel). Los gritos y discusiones en su entorno...

Cuando no los escuchamos, cuando no atendemos sus señales de calma, los cambios bruscos en las rutinas.

Dos cuestiones que generan muchísimo estrés en los perros son el ejercicio inducido (llevarles a correr, etc.) y los juegos como tirar pelotas o mordedores… ¡No lo hagáis!  Esto añade muchísimo estrés y genera problemas a largo plazo, incluso problemas de agresividad. 

Cuando el estrés es demasiado intenso o demasiado frecuente, no tienes tiempo de recuperarte. Aquí el estrés deja de tener beneficios y se convierte en un problema.

Cuando los perros acumulan estrés, aparecen una serie de conductas que todas molestan a las personas: ladran más de la cuenta, rompen cosas, orinan mucho más -no pueden aguantarse más, están hiperactivos, no se comunican bien y empiezan a tener problemas con otros perros… y cuando es un estrés muy alto, los perros muerden, incluso a las personas.

El estrés afecta mucho a cómo ves el mundo: todo te parece más preocupante.

Igualmente puede aplicarse a las personas y a su relación con los perros: algunos castigan o corrigen a su perro ¡porque están estresados ellos! Hay que ser consciente de esto, tener mucha paciencia y tratar siempre anticipar: cuando llega el perro recién adoptado, hay que dejarle explorar, pero anticipa y retira las cosas que en teoría podría romper, ten en cuenta que podría hacerse algún pis...

La comunicación canina y las señales de calma

Los perros se comunican a través de lo que se conoce como las señales de calma, aquí podéis encontrar más información sobre cómo reconocer y entenderlas. El problema es que cuando un perro está estresado y el nivel de estrés va en aumento entonces empieza a comunicarse peor. 

El perro te dice, a su manera, que no quiere conflictos, que está incómodo... pero si sube su nivel de estrés entonces puede pasar a "hablar" de otra manera, con gruñidos, enseñando los dientes, etc. Es lo que también se conoce como la escalera de la agresividad canina.

No hay que castigar a un perro cuando gruñe o enseña los dientes, es su forma de comunicarte que su miedo se ha incrementado. Si castigas a un perro en ese momento lo que le estás diciendo es que comunicarse no funciona por lo que la siguiente vez que se vea superado puede que pase al siguiente nivel, el mordisco.

Mucha gente va con la idea de que hay que cansarlo y le tira la pelota una y otra vez. Probablemente estés creando una adicción a la pelota. No nos damos cuenta e inyectamos estrés en la vida de los perros constantemente.

Queremos un perro calmado en una casa de locos. Queremos que sea perfecto en una vida imperfecta. Queremos que maneje situaciones que nos desbordan a nosotros. El perro bueno no es el perro adiestrado, es el perro tranquilo.

 

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