Todos los perros dejan su huella en nuestro corazón, todos perduran en el recuerdo de aquellos que los han cuidado y querido, pero algunos, además, perviven en la memoria colectiva a través de homenajes en forma de estatua.
Aquí hemos recogido retratos y detalles de las estatuas caninas más famosas y bonitas en España. Si nos hemos dejado alguna en el tintero, contadnos (hola@srperro.com) y la agregamos sin falta.
En la foto que encabeza este texto, Tía posa en Moaña: allí es donde está esta bella obra creada y donada por Carmen Grandal "Kila", al parecer la primera estatua contra el abandono animal en España y también de Europa.
Desde 2010 rinde homenaje a los perros y gatos sin hogar y anima a las personas a combatir el maltrato y luchar contra ese cruel abandono.
Junto al can que protege a un minino chico hay una placa de homenaje póstumo a la presidenta y fundadora de la Protectora de Animais do Morrazo, que fue la gran impulsora de esta iniciativa.
También en Galicía, pero en A Coruña, podréis acariciar la estatua de un perro que sí tenía nombre y familia, Ney, un Golden Retriever sociable, feliz y simpático que era conocido y querido por todos: se paseaba y saludaba a los viandantes en torno a la floristería Armonía, de su humana, Marisol.
Gracias a una colecta popular y a una donante anónima, cuando murió le dedicaron esta estatua para que nadie olvide su cariñoso legado. Es obra de Miguel Couto y está en la Praza de Lugo.
Seguimos en A Coruña porque aunque no es una estatua, sí es un homenaje canino de lo más chulo: en la Plaza del Humor os toparéis con Snoopy y el singular perrete sin nombre de Joaquín Xaudaró.
En el centro de Oviedo os espera Rufo, el perro callejero que fue cuidado por los vecinos y por el propio ayuntamiento, un mestizo que se ha convertido en el emblema canino de esta ciudad y cuya estatua, además, rinde homenaje a todas las personas que se preocupan por el bienestar de los animales.
Es obra de Sara Iglesias Poli @sarapoli59 y se logró gracias a una iniciativa ciudadana.
Podéis visitar a Rufo en la Calle Dr. Casal, 3, muy cerquita del Campo de San Francisco donde Mafalda espera sentada.
Madrid también ha rendido homenaje a uno de sus perros más ilustres, el Perro Paco: su sonriente figura -de bronce fundido, realizada por el escultor Rodrigo Romero- se puede encontrar al final de la Calle Huertas, en el Barrio de las Letras.
Este libérrimo can fue todo un personaje: frecuentaba los cafés literarios a finales del Siglo XIX y se colaba donde le apetecía para que le dieran de comer o para regalar su compañía a los humanos de la época. Podéis leer su historia aquí.
Luis Berrutti tiene varias esculturas caninas en Madrid, como estos perros ladrándole a la luna que están en su fundación, en Valdemanco, o como la de un perro ante un charco que se puede ver en El Berrueco, también en la Sierra Norte de Madrid.
En Santoña, Cantabria, rindieron homenaje en 2005 a los perros de agua que acompañan a los pescadores.
Allí, en la Calle Almirante Carrero Blanco, a la entrada de la localidad, podréis contemplar está la escultura realizada por Domenico Scarpa, parte del monumento al pescador que se encuentra justo detrás.
En Valencia también rinden homenaje tanto a los animales abandonados como a las personas que los cuidan.
Callejeros, como se llama la obra, fue creada por Elena Negueroles -quien donó la escultura en 2018 para concienciar sobre el abandono de los animales, "víctimas de la falta de voluntad política para anticiparse al abandono del egoísmo de una sociedad que trata a los seres vivos como objetos".
El can se llama Tristán y la gata Soledad y podréis verlos en la Plaza dels Pinazos.
En Barcelona hay otra escultura memorable dedicada a los perros abandonados. Es obra de Artur Aldomà Puig y muestra a un can esquelético que interpela a los paseantes con su mirada llena de tristeza.
Está en el Zoo, dentro del Parc de la Ciutadella:
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En Las Palmas, en la Plaza de Santa Ana, podréis ver a estas bellezas: son obra en hierro colado del escultor francés Alfred Jacquemar.
Su historia la podéis conocer aquí.
En Ibiza hay unos cuantos homenajes al podenco ibicenco que son una maravilla, como la familia que está en Santa Eulalia del Río,unos cachorrotes mamando y otros, algo más mayores, jugando ante la atenga mirada de este bellísimo can en el paseo Salamera.
Andreu Moreno es el autor, como lo es también del maravilloso homenaje al Podenco Ibicenco que se puede contemplar en la capital, en Ibiza,
Y terminamos con la escultura canina más florida y original, el Puppy que está junto al Museo Guggenheim de Bilbao, obra de Jeff Koons.
Es de hecho, la escultura floral más grande del mundo.
¿Alguna más que eches en falta? Escríbenos para que la agreguemos :-) hola@srperro.com
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