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Perros y gatos en publicidad: su presencia afecta de manera radicalmente diferente a los hábitos de consumo

Perros y gatos en publicidad: su presencia afecta de manera radicalmente diferente a los hábitos de consumo

Última actualización del articulo el día 16/03/2022

Además de las leyes, que por fin empiezan a considerar a nuestros perros o gatos como seres sintientes y parte de la familia, la publicidad también refleja a su manera esa realidad cotidiana: cada vez más personas comparten su vida con un animal y, por tanto, al crear anuncios para captar su atención aparecen canes y mininos por doquier. Incluso, a veces, ¡por parte de marcas que ni siquiera son dog friendly!

Y resulta, según un muy curioso estudio realizado por investigadores de la Universidad de Massachusetts Lowell, South Carolina y de la Universidad Politécnica de Hong Kong, que cuando esos spots están protagonizados por perros o gatos, los efectos sobre el comportamiento de los consumidores es muy diferente, también en ámbitos que nada tienen que ver con los animales de compañía.

Este estudio se ha centrado en EEUU donde en el 68% de los hogares (84,6 millones) hay animales de compañía. Al igual que sucede en el resto del mundo, también en España, los perros y los gatos son los animales de compañía más comunes: el 48% de los hogares estadounidenses (60 millones de hogares) tienen al menos un perro y el 37% de los hogares estadounidenses (47 millones de hogares) tienen al menos un gato.

Y hay multitud de anuncios de productos o marcas que utilizan perros y gatos, muchas veces sin tener relación directa con el mundo de los animales de compañía, como todos sabemos.  

Este estudio ha examinado los efectos de la exposición a perros y gatos (es decir, recordar la experiencia de interactuar con perros o gatos o ver anuncios que presentan a un perro o un gato como protagonista principal) en los juicios y decisiones posteriores de los consumidores, incluso en dominios no relacionados con los animales de compañía.

Han analizado los comportamientos en mútiples contextos de productos y servicios. Y sus conclusiones son muy peculiares: resulta que la exposición a perros hace que los consumidores se muestren más entusiastas y que tiendan a arriesgar más al tomar decisiones. La exposición a gatos tiene el efecto contrario: cautela y aversión al riesgo al tomar decisiones.  

Además, la exposición a perros llevó a los participantes a preferir mensajes publicitarios enmarcados con un enfoque de promoción o que presentan apelaciones de entusiasmo mientras que, por el contrario, la exposición a gatos hizo que prefirieran anuncios enfocados hacia la prevención y la vigilancia.

Segun los investigadores "estos efectos ocurren porque la exposición a las mascotas recuerda a los consumidores los temperamentos y comportamientos estereotípicos de los animales".

Es decir, según este estudio, en la mente de los que ven los anuncios un perro está asociado a comportamientos más activos, más arriesgados mientras que un gato es más precavido y receloso.

Entonces, sugieren los investigadores, dependiendo del producto o servicio que se esté publicitando convendría contar con la presencia de perros o gatos, pero recalcando ese aspecto de su temperamento: "Para productos o servicios que se percibencomo centrados en la promoción (por ejemplo, coches), es probable que presentar perros en el anuncio aumente el poder de persuasión del anuncio. Para productos o servicios que se consideran más centrados en la prevención (por ejemplo, seguros), presentar gatos puede aumentar el atractivo del anuncio.  

PD: Lo que sin duda complicaría el análisis es este genial anuncio protagonizado por un gato que decide ser perro... Porque aquí aúnan el poder del perro y el poder del gato, todo en uno :-)

 

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