La capacidad de los perros para generar buen humor en las personas es legendaria, que diría Neil Patrick Harris en su época de Cómo Conocí a Vuestra Madre.
Por su forma de saludarnos, por sus trastadas, por su personalidad... hay multitud de momentos en los que un can es capaz de mejorarnos el día. Y los hay que lo hacen hasta cuando vamos en coche con ellos, como Tía o como Grizzly.
Para viajar con un can en coche lo más importante es que no pueda tener acceso al conductor. Así se cumple con la normativa, la Ley de Tráfico. Además hay que cuidar su seguridad y bienestar, siguiendo las indicaciones de la Ley de Bienestar Animal.
Luego no está de más tener en cuenta las recomendaciones de organismos como el RACE o la DGT, que ofrecen consejos sobre los métodos más seguros tanto para las perros como para las personas.
Por eso mismo en el coche de esta pequeña y estupenda empresa que se dedica al transporte de canes, además de que los perros vayan con arnés y enganchados al cinturón de seguridad, hay una malla adicional.
Y ahí es donde Tía, la malinfluencer más locuela y ladradora, desplegó su talento para la comedia, una vez más. Mientras Vilma va tranquilamente sentada en el asiento, ella...
Y no es la única que genera carcajadas así: Grizzly es aún más efusiva en su batalla contra la malla de seguridad, no está dispuesta a permitir que ese pequeño detalle la separe de sus humanos.
Este otro personajazo no viaja como se debe, claramente, pero ¡vaya estilazo!
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