Esta historia es peor que una pesadilla. Parece imposible que algo así pueda suceder hoy en día pero ha sucedido: un hombre fue asesinado y su casa quedó vacía, abandonada... excepto por su can, Treya. La perra ha pasado cinco años, ¡cinco años! sola y atada en un espacio junto al porche de esa casa.Los vecinos le dieron comida y agua, incluso pusieron paja para que no pasara frío en invierno pero por lo que se ve nadie llamó a una protectora o al centro de control animal de la ciudad para dar aviso sobre lo sucedido. Nadie quiso responsabilizarse de Treya.
Entonces la cadena con la que estaba atada se enrolló en su pata de tal manera que la perra, la pobre perra, acabó mordiéndose la pata hasta arrancarla y poder liberarse.
Ahí es cuando por fin avisaron a la policía y ellos contactaron con una protectora, con Stray Recue of St. Louis.
Cuentan los voluntarios que no fue nada fácil rescatar a Treya: dado que posiblemente apenas había tenido contacto con personas amables y dado que había estado prácticamente aislada durante cinco años, tenía pánico a los humanos; a casi todo.
Pero lo lograron y ya está a salvo en una casa de acogida. Como veréis en el vídeo, los primeros días hubo un pequeño ayudante que fue clave para conseguir que Treya volviera a mover el rabillo...
En la prote esperan que una vez que logren curar su filariosis podrán empezar a plantearse la opción de conseguir una prótesis para su pata. Y luego, por supuesto, tratarán de encontrarle un buen hogar, una casa donde por fin pueda estar tranquila y feliz para siempre.
