El día que trajo a su hija Raven a casa tras dar a luz, explica su madre -artista y fotógrafa- su perro Jack se enamoró de ella al instante. A partir de ese momento se hicieron inseparables. El "problema" es que Robyn quería retratar a su hija y casi nunca conseguía hacerlo sin que Jack apareciera por ahí :-) Al final, se dio por vencida e ideó una serie de fotos llamada "La historia de Raven y Jack". Una excelente idea; los retratos son verdaderamente bonitos.
Aquí os dejamos algunas de las magníficas fotos que ha compartido en sus redes sociales, hay muchas otras que podréis ver también en instagram.
Si entráis en su web podréis ver otras facetas de su trabajo: forma equipo con su marido y también pintan y hacen piezas de alfarería.