Mr Gibbs puede comportarse como un cachorrote, juega y brinca y persigue pelotas. Pero cuando le colocan su chaqueta de perro de asistencia, el can se pone serio: sabe que él es el responsable de acompañar y ayudar a su pequeña humana, Alida. Son inseparables. "Es mucho más que un perro", dice el padre de Alida, que no puede evitar emocionarse al hablar de Mr Gibbs: está a cargo de mi hija y ella... ya lo veréis en los vídeos, no podría estar más sonriente o alegre.
Cuando Alida sale a la calle, cuando va a jugar al parque o incluso a un cumpleaños con otros niños, a su lado siempre hay una sombra: Mr Gibbs.
El can, un perro de asistencia, es el encargado de transportar el oxígeno extra que Alida necesita porque sufre una grave dolencia respiratoria desde que nació - hiperplasia neuroendocrina (Nehi)
Mr Gibbs está literalmente además de emocionalmente conectado a Alida.
En estos dos otros reportajes nos cuentan también cómo llegó el gran Mr Gibbs a sus vidas, entre muchos ataques de risa por parte de Alida que, desde el principio, decidió que el can era su nuevo mejor amigo.
Y un comentario que me ha parecido de lo más adorable: si se pone buena y por fin puede empezar a moverse sin tener que depender de una bombona de oxígeno, algo que podría pasar cuando crezca algo más, Alida tiene claro lo que haría con Mr Gibbs: ir con él a hospitales, como perro de terapia, para contar su historia a otros niños.
Han pasado un par de años desde todos estos reportajes, Alida ha crecido, sigue siendo igual de sonriente y junto a ella sigue estando su fiel amigo.
Ella, tan activa como siempre, ya va al cole, hace ballet -¡Mir Gibbs justo a su lado!- y también participan en eventos para recaudar fondos que puedan ayudar a otros niños que sufren esta rara enfermedad.
¡Qué bellísima pareja!