"Lo quiero tanto, más que al mundo entero, haría cualquier cosa por él", dice Aimee de Jordan, su perro de asistencia. Porque Aimee tiene parálisis cerebral y desde que Jordan llegó a su lado, gracias a la labor de Canine Partners, su vida ha cambiado por completo.
Aimee explica en el reportaje de Canine Partners su soledad: fue a la universidad, su discapacidad es principalmente física, no mental, pero casi nadie hablaba con ella, la ignoraban... Acabó sufriendo una depresión y estuvo medicada mucho tiempo.
Sentía que su vida no tenía sentido hasta que -pese al escepticismo de sus padres- decidió contactar con Canine Partners.
Jordan, explica, no es solo un perro, es un compañero, un mejor amigo y alguien en quien puede confiar todo el tiempo sin importar nada. El can puede abrir y cerrar puertas, ayudarle a sacar la lavadora y traerle cosas. Con él ha ganado en autonomía y libertad, incluso en felicidad.
Ahora tiene que salir de la cama aunque no tenga ganas porque Jordan es parte de su vida y la necesita.
"Espero poder conseguir un trabajo y mostrarle a la gente que puedes trabajar con una discapacidad y manejarte de manera independiente, y mostrarle a la gente cuánto me puede ayudar Jordan. No le importa si tengo dolor o no puedo moverme muy bien, porque está feliz de ayudarme, porque para él se trata de jugar y divertirse."
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