Me he topado con dos historias de esas que dan ganas de compartir, porque tienen final feliz: dos perros que, contra todo pronóstico, han logrado ser rescatados y, uno de ellos, incluso adoptado en Navidad. Los nombres que han puesto a los canes reflejan justamente que ambos tienen algo de milagroso y navideño: Jesús y Moisés.
Empezamos en Detroit.
A este guapo pit bull le han llamado Jesús. Por lo visto, alguien dio el aviso: un perro estaba dentro de una casa abandonada y parecía no poder salir. Por fin, el día antes de Navidad, pudieron ir a rescatarle.
El perro, asustado, muy asustado, no se lo pone fácil a los que van a ayudarle. Pero logran cogerle y sí, ya está a salvo, a la espera de encontrar un nuevo hogar.
El segudo milagro sucede en España.
En Diario Sur han publicado la increíble y cierta aventura de Moisés, este perro al que véis incrustado en el frontal de un camión. Su historia comenzó, de alguna manera en Osuna y le condujo hasta Mijas, donde el camionero se percató de la presencia del can.
El pobre perro recorrió así 150 kilómetros, los que separan Osuna de Mijas. ¿Os imagináis el miedo que habrá pasado?
Ya está en el veterinario, le tienen que operar (tiene varias fracturas) pero se recuperará. Y lo mejor es que el can, con nuevo nombre, también tiene una nueva vida: ha sido adoptado por un policía local. Y no sólo eso, la solidaridad de la gente servirá para pagar las facturas veterinarias por la intervención. Podéis leer la historia completa en Diario Sur, merece la pena.
