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Tesón, trabajo cotidiano de rehabilitación y enormes dosis de cariño para conseguir que un perro con IVDD vuelva a caminar

Tesón, trabajo cotidiano de rehabilitación y enormes dosis de cariño para conseguir que un perro con IVDD vuelva a caminar

Última actualización del articulo el día 06/07/2023

Cooper, un Pastor Australiano de 5 años, sufrió una lesión en la médula espinaly perdió el uso de sus patas traseras.

Una de las causas más frecuentes de esta dolencia es la enfermedad del disco intervertebral, IVDD por sus siglas en inglés, un proceso degenerativo que afecta con más frecuencia a a canes de razas condrodistróficas, es decir a perros de patas cortas, como los Salchichas, Pequinés o Beagle.

A Cooper le sucedió de pronto, salió corriendo y colapsó. En su caso, lo que ha tenido es ANNPE, una extrusión aguda no compresiva del núcleo pulposo que sucede de manera repentina y que, la mayoría de las veces, es reversible -con tiempo y rehabilitación.

A Taylor, su humana, le dijeron que Cooper podría no recuperar nunca la movilidad de sus patas pero que había muchas probabilidades de que sí lo lograra.  

 

Así que ella se puso manos a la obra, con la rehabilitación y los cuidados que Cooper necesitaba, pidiendo ayuda en redes para poder cubrir los costes de todas las pruebas y apoyo veterinario (logró recaudar más de 10.000 dólares en un par de días).

 

Y como podréis ver, sus esfuerzos han sido recompensados, ¡qué pasada ver lo bien que está ya copper y lo mucho que ha mejorado en tan poco tiempo!

Cinco semanas después de su accidente, Cooper está mucho, mucho mejor:

 

PD: Aunque estas lesiones medulares le pueden suceder a cualquier perro, si tu can es de una raza de riesgo -como los Dachshund-, es importante estar bien informadas y acudir de inmediato al veterinario en caso de que suceda porque el tiempo puede ser clave.

Compartimos aquí la información del American College of Veterinary Surgeons:

Las hernias discales pueden generar dos tipos de daños en la médula espinal: compresión y conmoción. El alcance del daño y la pérdida de células nerviosas se determina por: el tipo de fuerza, el grado de fuerza aplicado a la médula espinal y la duración de la aplicación de la fuerza.

Un daño de la médula espinal relativamente leve puede provocar una pérdida de coordinación y una marcha tipo “borracho”. Un daño más importante puede provocar la pérdida de la capacidad de caminar o mover las patas voluntariamente. Un daño grave puede provocar la pérdida total de la sensación de dolor. Esto genera un pronóstico de recuperación muy malo, dependiendo de la duración de la pérdida de la percepción del dolor.

Los perros de razas condrodistróficas (salchicha, pequinés, beagle, lhasa apso, etc.) sufren la gran mayoría de las hernias de disco, y, en concreto, los perros salchicha representan el 45-70 % de todos los casos. En estos perros, el inicio promedio de los signos clínicos se produce entre los 3 y los 6 años, aunque las radiografías pueden mostrar la presencia de calcificación discal a los 2 años de edad.

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