El duelo por la muerte de un perro querido es un proceso complejo: el inmenso dolor que se siente puede ser inesperado para algunas personas y, además, puede que en su entorno no entiendan o no apoyen esos sentimientos, algo que genera aún más dolor.
La psicóloga Vanessa Carral, con quien hablamos sobre el procceso de duelo, recomendaba, ante personas no nos entiendan, hablar del amor, que es la parte más luminosa del duelo.
Ella lo explicaba de forma magistral: "Parece que el amor distinguiera si perdemos a un padre o a una madre que si perdiéramos a un animal de familia. Y realmente, biológicamente hablando, bioquímicamente hablando, nuestro cerebro cuando ama no distingue si el ser amado es un ser humano o un animal.Nuestro cerebro va a segregar las mismas sustancias, nuestras células van a reaccionar de la misma manera."
En esos momentos dan duros no hay recetas ni tampoco calendarios lógicos, no hay una forma correcta de afrontar la muerte de un perro. Cada can es único, cada vínculo entre un perro y un humano también y por ello, cada proceso de duelo será siempre diferente.
Cómo afrontar ese duelo es algo tremendamente personal: habrá a quien le pueda aliviar la alternativa que propone un fabricante de peluches de Filipinas y habrá a quien le espante esta idea.
David Tan, responsable de Pampanga Teddy Bear Factory, crea replicas realistas de los animales que han fallecido a partir de las fotos que le mandan.
Son como clones en versión peluche y no son caros: cuestan en torno a 58 euros y el proceso puede llevar días o meses.
En sus redes comparten multitud de historias de personas a las que estos peluches han ayudado de una manera u otra a rendir homenaje a sus animales y poder procesar el duelo.
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