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Nuestra personalidad y bienestar mental impacta sobre el vínculo con nuestros perros o gatos

Nuestra personalidad y bienestar mental impacta sobre el vínculo con nuestros perros o gatos

Última actualización del articulo el día 29/11/2023

Investigadores de la Universidad de Helsinki han recopilado datos de los rasgos de personalidad de 2500 personas que conviven con perros o gatos así como sobre más de 3000 animales para analizarlos y ver cómo afecta al vínculo entre unos y otros la personalidad de los humanos y su estado mental.

El fuerte vínculo afectivo entre humanos y perros o gatos mejora el bienestar de ambas partes, pero cuando se ve comprometido, puede aumentar el estrés del dueño y empeorar su calidad de vida.

En esencia, el vínculo afectivo entre humanos y animales de compañía impacta el bienestar de ambose incorporar un animal a nuestra vida mientras se experimenta un bienestar mental deficiente no necesariamente cumple con las expectativas de mejorar la salud psicológica.

Las relaciones entre personas y sus animales de compañía, al igual que las que existen entre humanos, se pueden describir, dicen los investigadores, examinando dos dimensiones del apego inseguro: ansiosa y evitativa.

Una persona con apego ansioso tiene mayor necesidad de proximidad y le preocupa perder a su perro o gato. Por el contrario, si tiene apego evitativo, anhela un alto grado de independencia y teme la pérdida de autonomía personal.

En este estudio han tenido en cuenta no solo el papel de la personalidad de los humanos en el estilo de apego sino también de sus perros y gatos. Han examinado la importancia del bienestar mental tanto para las personas como para los animales de compañía.

En el primer caso se analizan síntomas de ansiedad y depresión, estrés y satisfacción con la vida. El bienestar mental de perros y gatos se estudió explorando rasgos de comportamiento no deseados, que reflejan fenómenos similares a los desafíos del bienestar mental humano.

Los dueños de perros y gatos con puntuaciones más bajas de bienestar mental estaban más apegados a sus animales. En los dueños de perros, tales puntuaciones también se asociaron con un estilo de apego evitativo.

Y un peor bienestar mental en los canes, es decir, el comportamiento no deseado, se asoció con ambos estilos de apego: agresión y comportamiento similar al TDAH con dueños con apego evitativo, y comportamiento de miedo con dueños con apego ansioso.

"Los dueños con apego evasivo quizás no ofrezcan suficiente seguridad a su perro en situaciones amenazantes, lo que puede provocar miedo y comportamiento agresivo", dice la investigadora doctoral Aada Ståhl. Estas personas bién pueden participar en menos actividades compartidas con su perro, lo que a su vez se asocia con la impulsividad en los perros. Eso sí, es posible que la dirección de la causalidad sea la opuesta; en otras palabras, que el comportamiento no deseado en un perro pueda contribuir a un apego inseguro, aumentando la necesidad de independencia o proximidad del dueño.

La personalidad de perros y gatos influye en el apego inseguro

Los rasgos de personalidad de las personas con perros y gatos y sus animales se asociaron con ambos estilos de apego inseguro. El neuroticismo del propietario, en particular, se asoció con un estilo de apego ansioso.

“El rasgo de personalidad del neuroticismo se caracteriza por la inestabilidad en la expresión de emociones, reflejando inseguridad, ansiedad y detección de amenazas. Esto puede explicar la asociación, dado que la ansiedad por el apego refleja la sensibilidad a experimentar emociones negativas en el contexto de la relación”, señala Ståhl.

Entre las personas que solo conviven con perros, los más neuróticos y extrovertidos tenían menos apego evasivo.

En general, los perros y gatos más sociables con los humanos tenían menos dueños con apegos evasivos.

"En otras palabras, la tendencia del animal a buscar proximidad e interacción en una relación se asoció con una tendencia similar en el dueño", señala Ståhl.

El vínculo de apego entre una persona y sus animales impacta considerablemente en la vida que comparten. Investigaciones anteriores han demostrado, por ejemplo, que el estilo de apego afecta el tipo de cuidado que una persona brinda a su perro o gato.

Una de las recomendaciones de los investigadores a raíz de este estudio es que es importante reconocer que el incorporar un perro o gato a tu vida mientras se experimenta un bienestar mental deficiente no necesariamente cumple con las expectativas de mejorar la salud psicológica.

Y, por otro lado, los resultados sugieren que las intervenciones dirigidas a la conducta problemática de los perros podrían ser beneficiosas si la atención se centrara no sólo en cambiar el comportamiento de los animales, sino también en tener en cuenta los factores del estilo de apego de sus humanos.

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