Ginger es una perra cuyo dueño la dejó en la protectora de San Bernardino County diciendo que ya no podía ocuparse de ella y que, bueno, podían sacrificarla. Sí, ese fue, al parecer, su mensaje.
Aterrada y decaída pero, aparentemente bien cuidada, la perra, dentro de lo que cabe, ha tenido suerte...
En su camino se cruzó Maria Christina Sanchez, una de las voluntarias que visita este centro de protección animal. Ella es la que ha grabado todos los vídeos y la que, de propina, se ha llevado a Ginger a casa, para que pueda irse recuperando antes de ser adoptada.
Mirad cómo estaba de asustada ese primer día:
Y cómo, tras media hora, una vez fuera de ese entorno de ladridos constantes y estrés, la perra empieza a transformarse, deja de temblar y se va relajando:
Y esto es tan solo un día después, ya en casa de María... Cuatro días después de que su dueño la hubiera abandonado hecha una pena, Ginger no para de mover el rabillo y está, pues ya lo veis... ¡parece otra perra!
Menos mal que hay tantísima gente buena como María Sánchez, la voluntaria que va subiendo vídeos de todos los canes que hay en el refugio aquí, en youtube.
Hay más vídeos de Ginger cuyo único problema parece ser... que es incapaz de parar de dar besos perrunos a diestro y siniestro :-)
Y, haciendo "trampa"... un vídeo más, dos años después, para que veáis cómo esta Ginger ahora. ¡Adoptada por María! ¿Qué mejor destino para esta cariñosa perra que con la persona que logró que dejara atrás sus miedos y su pasado?
Si te planteas ampliar la familia, plantéate adoptar... hay cientos de canes esperando encontrar un nuevo hogar en el que repartir besos.
