Masha acude todos los días al mismo sitio, al lugar donde vio por última vez a su dueño... pero él ya no está, fallleció aquí hace un año. Por eso a esta perra triste han comenzado a llamarla la Hachiko rusa, recordando la historia de ese can japonés que también esperó infructuosa y fielmente a su humano durante muchos años.
El dueño de Masha acudió al hospital en Koltsovo, Siberia, hace algo más de un año. Masha le visitaba mientras estuvo internado pero él murió y ella... ella se ha quedado a vivir ahí, esperándole.
En el hospital se ocupan de que tenga comida y una cama calentita, por supuesto se han encariñado con ella y la cuidan.
Sólo esperan que alguien vuelva a ganarse su confianza y le de un nuevo hogar, que la adopten. Tres personas lo han intentado ya, pero Masha se escapa y vuelve siempre a su puesto, al hospital, a esperar a su humano...
¿La buena noticia? Los trabajadores del hospital han decidido adoptar a Masha al ver que ella donde quiere estar, donde está realmente feliz es justamente ahí, el último lugar en el que vio a su humano favorito.