Hay quien lo llama el baile de Snoopy porque el gran personaje canino de Charles Shulz lo borda, desde luego. Pero en la vida real hay incontables ejemplos de ese momento, de ese momentazo que es como una explosión de felicidad, cuando un can vuelve a reencontrarse con su humano y lo demuestra con todo su cuerpo.
A ver quién es capaz de no sonreír al ver el recibimiento que le hace este guapérrimo Vizsla a su humano, recién llegado de Afganistán
Esta reunión en el aeropuerto es la versión besucona, que también es válida como baile de la felicidad :-)
Y ya en plan duo dinámico... ¡este baile es del todo imbatible!
A vosotros, ¿os recibe así vuestro can?
No hay bienvenida igual a la bienvenida que te da tu perro, ¡guauuuu!