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De Kiev a Berlín huyendo de la guerra junto a cuatro perros: impresionantes cadenas de solidaridad

De Kiev a Berlín huyendo de la guerra junto a cuatro perros: impresionantes cadenas de solidaridad

Última actualización del articulo el día 25/03/2022

Desde el comienzo de la atroz guerra desatada por Rusia en Ucrania, la fundación Happy Paw es una de las organizaciones que están activamente colaborando con todos los refugios y protectoras que más lo necesitan, distribuyendo alimentos, ayudando a coordinar evacuaciones...

Happy Paw también forma parte de la plataforma internacional que se ha organizado para canalizar la ayuda a todos los animales que lo necesiten (UPAW).

Y ahora que se cumple un mes del comienzo de la guerra han empezado a publicar historias sobre cómo están viviendo esta situación tan dramática las personas que tienen animales, animando a todos sus seguidores a escribirles a través de telegram para poder compartirlas.

Guerra en Ucrania, cómo ayudar a las familias con animales, cómo ayudar a las protectoras

La primera historia que han compartido es la de Dasha, una joven que ha escapado de la guerra junto a una amiga y sus cuatro perros.

Os la traducimos vía google translate porque su relato muestra esa cadena de solidaridad con personas y animales que se ha organizado en tantos países europeos para intentar ayudar a Ucrania. Porque las protagonistas de esta historia tienen claro que es precisamente por la presencia de sus perretes que ellas han tenido tanta suerte en su viaje... En vez de complicarlo, lo han hecho más fácil.

Y porque es importante tener presente -como nos decía Fernando,responsable de El Campito Salvando Peludos- que son justamente personas individuales, voluntarios y las asociaciones quienes están marcando la diferencia en estos momentos. Su trabajo muchas veces solo es posible gracias a la solidaridad internacional, a las donaciones.

 

"Mi historia comenzó el 23 de febrero, cuando decidí sacar un tercer perro de la protectora hasta que encontraran a sus dueños (en ese momento ya tenía mis dos perros mestizos). Pero el 24 comenzó la guerra, así que los planes cambiaron un poco.

Las primeras dos semanas vivimos con los perros yendo del sótano al pasillo y del pasillo al sótano.

En la tercera semana decidimos que solo era cuestión de tiempo que bombardearan nuestro barrio y decidimos salir de Kiev antes de que fuera demasiado tarde. 

Mi mochila pesaba 23 kg, 10 de los cuales eran comida para perros, porque en ese momento me parecía que encontrar comida en un país extranjero sería demasiado difícil y no sabía cuánto tiempo nos llevaría todo el camino.

De Kiev a Lviv fuimos en coche con amigos, así que fue sin mucha dificultad. Tuve que quedarme en Lviv un par de días para esperar a una amiga con su perro, con el que íbamos a cruzar la frontera. Afortunadamente, gracias a un tuit que puse diciendo que necesitaba alojamiento en un Lviv abarrotado por la guerra, con tras perros, surtió efecto: una joven desconocida nos dejó su apartamento totalmente gratis. 

Cruzamos la frontera de Uhryniv (a una hora y media de Lviv) a pie por la mañana. Fueron 15 minutos para tres personas y cuatro perros, a los perros no les pidieron ningún documento, les ofrecieron comida gratis en la frontera varias veces y cuando se enteraron de que los perros no tenían chip, nos dieron un folleto con vacunas gratis. En Polonia.

Desde la frontera nos llevaron a un pequeño pueblo, donde nos dejaron pasar la noche. Nos dieron una habitación pequeña solo para nosotras (creemos que es por los perros, porque todos los demás estaban en habitaciones grandes para 30-40 personas).



Constantemente nos ofrecían comida/agua para los animales y se preocupaban por ellos.

A la mañana siguiente tomamos el tren a Varsovia, alrededor de las 8 en punto. Teníamos que ir en tren de Varsovia a Berlín, pero ese día no había billetes. Mientras estábamos paradas en la estación pensando en dónde pasar la noche, los voluntarios se nos acercaron constantemente: gracias por sacar a todos los perros, ofrecer comida gratis (diez veces), preguntar si pueden acariciar perros y tomar fotos. Varios niños de Ucrania, también refugiados, vinieron corriendo y ofrecieron chuches a los perros y una abuela estuvo con nosotras durante 15 minutos, no se fue hasta estar segura de que tuviéramos todo lo que necesitamos para nuestros animales.

Tuvimos tanta suerte que mientras estábamos en la estación una monja se nos acercó y nos ofreció un refugio para pasar la noche gratis para nosotros y nuestros perros. Mientras decidíamos si ir allí, otra mujer se nos acercó y se enteró de que esperábamos coger el tren a Berlín. Nos dijo que sus amigos estaban justo llevando personas de Varsovia a Berlín en este momento y tenían espacio para nosotroas y nuestros perros.

Entonces llegamos a Berlín.

Creemos que todas las felices coincidencias, cuando la gente vino y nos ofreció su ayuda y resolvió nuestros problemas, fue solo gracias a los perros. De no haber sido por ellos, habría sido mucho más difícil.

Por cierto, el tercer perro, que que acogí el día antes de la guerra, encontró un nuevo dueño en Berlín. La chica que también la llevó de Ucrania y soñaba con salvar a la perra de su país natal".

Creemos y esperamos la victoria. ¡Gloria a Ucrania! 💛💙"

 

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