A esta perra la encontró la policía en una casa que parecía abandonada, en el Bronx, en Nueva York. Cuando la rescataron y se la entregaron a la ASPCA, tras lograr que su anterior "dueño" la cediera voluntariamente, los veterinarios de esta asociación descubrieron que además de extremadamente delgada, la perra tenía las uñas muy largas, los dientes gastados y un nivel bajo de vitamina B12 en sangre, algo que es común en perros con enfermedades gastrointestinales subyacentes o con un peso demasiado bajo.
Tras los cuidados veterinarios -le tuvieron que quitar ocho dientes a la pobre- entonces fue cuando el equipo de educadores caninos de la ASPCA pudo trabajar con la perra para intentar reducir su estrés. No tardaron en ponerle un nombre la mar de alegre, Sunshine, (Sol, o más bien Rayo de Sol) porque la perra era extremadamente alegre y simpática, aunque tenía algunos problemas de comportamiento.
Sunshine se llevaba genial con las personas pero no así con los canes: reaccionaba mal, ladrando e incluso lanzándose hacia ellos.
Como veréis en el vídeo, los educadores de la ASPCA, protectora que incluso tiene un centro de rehabilitación específico para trabajar con perretes que necesitan una ayuda extra antes de poder ser adoptados, se dedicaron a explicarle a Sunshine, a la manera perruna y en positivo, que no tenía nada que temer de otros perros:
"Realizamos ejercicios de contracondicionamiento y desensibilización para ayudarla a concentrarse en las personas cuando había perros en su presencia", explican. Es decir, le daban chuches para que se enfocara en las personas ignorando a sus congénres y para que se fuera acostumbrando a su presencia como algo positivo.
Sunshine ha tenido mucha suerte al ser rescatada por una organización con recursos suficientes para tratar no solo los problemas físicos o veterinarios de los canes sino también los etológicos.
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