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El termómetro de la buena salud para cachorros y perros adultos

El termómetro de la buena salud para cachorros y perros adultos

Última actualización del articulo el día 01/03/2021

La prevención es la mejor medicina, también en el caso de nuestros perros. Por eso es importante saber cómo identificar cualquier síntoma que pudiera indicar que algo no va bien. Y por eso hemos hablado con Gemma Baciero, veterinaria de Royal Canin, para que nos aclare dudas básicas sobre la salud de cachorros o perros adultos, para saber qué hemos de monitorizar y cómo podemos intentar prevenir dolencias tan comunes como los vómitos y las diarreas. El resultado es esta práctica “chuleta” de consejos veterinarios.

¿Qué es lo que debemos monitorizar de manera cotidiana como “termómetro” de la (buena) salud de nuestros perros, tanto cachorros como adultos?

 

Hay que estar atentos a signos que puedan reflejar una alteración en el comportamiento habitual del animal. Hay detalles más evidentes –si deja de comer o de pronto parece que le cueste bajar las escaleras- pero lo cierto es que hay muchos otros que también nos hablan sobre la salud de nuestros canes.

Esta es la lista básica, aplicable tanto a cachorros como a perros adultos:

Pelo: debe de ser brillante, sin caspa y/o grasa

Ojos: limpios y brillantes, sin legañas muy llamativas o abundantes

Oídos: revisar que no haya suciedad o supuración y estar alerta si se rasca mucho o agita la cabeza; si al acariciar al can quita la cabeza.

Piel: sin heridas, sin irritación o erupciones.

Heces: hay que estar atentos por si son blandas o demasiado duras.

Orina: prestar atención si tiene dificultad al orinar, si hay más o menos cantidad de la habitual o si el color es diferente (tanto si está más diluida como más concentrada, el color rosado podría indicar que hay restos de sangre.

Temperatura corporal: normalmente los propietarios más que detectar cambios de temperatura suelen apreciar que el can está decaído. 

Es recomendable que sea tu veterinario quien le tome la temperatura rectal al perro para hacerlo correctamente. Aún así, como referencia, la temperatura corporal normal de un can adulto oscila entre los 38 y los 39 ºC, así que se considera que el perro tiene fiebre cuando su temperatura corporal supera los 39 ºC.

Los cachorros, las hembras a punto de parir y los perros mayores pueden no tener la temperatura media habitual.

Hay algunos síntomas que son más alarmantes y que significan que deberíamos acudir al veterinario sin dilación: si hay vómitos o diarrea abundante y continuada o si el animal no quiere comer ni beber nada y no responde a estímulos o llamadas.

 

Vómitos y diarreas caninas

Dado que justamentevómitos y diarreas son los problemas que, con más frecuencia llevan a los dueños de cachorros a visitar a su veterinario, desde Royal Canin nos ofrecen algunas pautas adicionales para intentar evitar las alteraciones digestivas y para saber cómo actuar ante esta situación:
 

  • Dar a nuestro cachorro alimento específico para su edad.

  • Dividir su ración diaria en 3 o incluso 4 tomas: para ellos es mucho más fácil digerir pequeños volúmenes de alimento en vez de comérselo todo en una toma más voluminosa.

  • No dar restos de comida humana a los cachorros: nuestros alimentos –cocinados, con salsas, etc- no son bien digeridos y, además pueden desequilibrar su alimentación.

  • Evitar que pueda coger restos de alimentos de la calle, del cubo de basura… Dado que son extremadamente curiosos, los cachorros se llevan a la boca casi cualquier cosa y es importante evitar que puedan ingerir objetos o juguetes, etc.

¿Hay que ir de inmediato al veterinario si nuestro cachorro vomita o tiene diarrea?

Si se trata de algo puntual y el cachorro no cambia su comportamiento, si mantiene su vitalidad y nivel de actividad, entonces no sería necesario llevarlo a la clínica. En caso de duda, nos sugiere la veterinaria de Royal Canin, es recomendable llamar por teléfono a nuestro veterinario.

Si se repite el episodio o se mantiene en el tiempo, entonces sí es recomendable ir al veterinario.

En cualquier caso hay que tener presente que los cachorros son más sensibles a infecciones víricas o bacterianas porque sus defensas aún no están desarrolladas. Por eso es importante tener cuidado de que se no se deshidraten en caso de diarrea o vómitos.

Cuidados cotidianos para cachorros y adultos

En el caso de los cachorros, es importante siempre ofrecerles el alimento y ración adecuados para su etapa de desarrollo.  Y nuestro veterinario nos indicará las pautas a seguir con respecto a las vacunas y desparasitación.

Hay que prever cuándo conviene cambiar su alimentación a un alimento para adultos puesto que depende del tamaño del perro: los mini a los 10 meses, los medianos a los 12,  los maxi a los 15 y los gigantes entre los 18 y 24 meses. Hay que hacerlo en una transición gradual, mezclando 25% del nuevo alimento con el antiguo y avanzando progresivamente en este ratio hasta completar la transición en una semana.

Otros cuidados clave para los cachorrotes –además de sacarlos, por supuesto, para que puedan jugar y socializar- son el cepillado dental diario, para ir acostumbrándolos, así como el cepillado de su pelo, en función de la necesidad.

En el caso de los perros adultos, de nuevo nuestro veterinario nos dará las pautas con respecto a las vacunas y las desparasitaciones.

Lógicamente hemos de continuar cuidando la salud de su boca.

Es clave ofrecerles el alimento y la ración adecuadas para evitar que nuestro can tenga sobrepeso, un problema que es cada vez más frecuente.

Las visitas al veterinario

Durante los primeros meses de vida de un can habrá que acudir en más ocasiones a nuestro veterinario, unas visitas que suelen estar marcadas por las vacunas.

Tras ponerle una vacuna a un perro (tanto cachorro como adulto) hay que tener en cuenta que algo de fiebre podría ser normal y también una cierta reacción en la zona del pinchazo.

Hay que estar atentos a una posible reacción alérgica más fuerte (de repente apatía severa, inflamación en párpados o labios, vómitos o diarrea)

En el caso de los perros adultos, es recomendable acudir al menos una vez al año al veterinario hacer una revisión básica y una revacunación anual. Las desparasitaciones se pueden hacer desde casa, si el veterinario da las indicaciones para hacerlo.

Gracias a la revisión anual nuestro veterinario podría detectar precozmente posibles problemas que nosotros podríamos no ver.

Mitos o Bulos que conviene despejar

En los parques caninos o en internet es fácil encontrar consejos nada aconsejables.  Por eso si tienes cualquier duda lo mejor, siempre, es hablar con tu veterinario y no dejarte guiar por personas cuya formación desconoces.

Estos son algunos de los bulos más frecuentes:

- Los huesos son buenos para los dientes de los perros.

Lo que nos indica Gemma Baciero, veterinaria de Royal Canin, es lo contrario puesto que hay riesgo de que dañen los dientes, que se astillen y lesionen la boca y el tubo digestivoo que causen un estreñimiento fuerte que puede desembocar en una obstrucción.

- Lo que es bueno para mí es bueno para mi perro.

Las necesidades nutricionales o hábitos de los canes no son iguales a los de las personas.

- Las medicinas humanas son igual de eficaces para los perros

Nuestros  medicamentos pueden ser tóxicos para ellos y, además, la dosificación hay que calcularla y no siempre es fácil de ajustar en casa.

Los antiinflamatorios no esteroideos en general pueden resultar tóxicos (aunque pueden tolerar ciertas dosis con los formatos para dosis humanas es fácil superar la dosis adecuada para perros)

Por ejemplo, en el perro se ha establecido una dosis terapéutica de paracetamol de 15mg/kg , sin embargo una dosis de 150 mg por kilo para un perro es letal. Es decir un comprimido de 1 gramo de paracetamol puede ser letal para perro de 5 kg

- Es bueno añadir carne –o comida de humanos- a los piensos de los perros

Esto en realidad desequilibra su alimento al añadir grasas, calcio, etc. en proporciones no indicadas para un perro.

 

Este consejo ha sido elaborado en colaboración con Royal Canin

 

 

 

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