Los petardos, las tormentas, el timbre de la puerta, las sirenas de la policía... todos estos ruidos y muchos otros pueden afectar a los perros considerablemente. La pirotecnia llega a convertirse en una fuente de estrés realmente importante que le amarga la existencia a miles de perros en todas las ciudades.
¿Pero, qué pasa en casa, con los "ruidos domésticos"? Pues algo muy parecido. Según un estudio realizado en el Reino Unido por Compare The Market, un 85% de los perros tienen miedo a algún electrodoméstico y esto se traduce en un 21% de veces en comportamientos no deseados (ladridos excesivos, perseguir al aparato en cuestión...)
El nivel de miedo demostrado por los canes es considerable, según este estudio: casi dos de cada cinco (38%) abandonarán la habitación hasta que el electrodoméstico quede apagado y más de uno de cada cinco (22%) optarán por esconderse debajo de una mesa o un sofá. Otras reacciones incluyen temblores (21%), ladrar excesivamente o perseguir al causante de su miedo (21%), así como gimotear (20%).
Un pequeño porcentaje de canes mostró aún más miedo, un 8% de los perros perros jadeaba en respuesta a ciertos electrodomésticos.
Esta es la lista de los mayores "enemigos perrunos" en el hogar, según los datos de Compare The Market:
Aspiradora (45%)
Secador de pelo (24%)
Cortacésped (21%)
Lavadora (15%)
Batidora / Licuadora (13%)
Escoba (10%)
¿Qué podemos hacer?
La "mala" noticia es que la mejor manera de que los perros no sufran por los ruidos es la prevención, Es decir, en un mundo ideal, los perros habrían estado expuestos a diferentes tipos de ruidos -de manera controlada- cuando son muy jóvenes, cuando comienzan a oír a partir de las tres o cuatro semanas de vida.
Es parte de la tarea de toda persona perruna que busca socializar correctamente a su cachorro, logrando que asocien multitud de situaciones -y también ruidos- con algo positivo. Es algo que evita multitud de problemas si se hace de manera correcta (por ejemplo acudiendo a clases grupales de cachorros con algún etólogo o educador canino que nos guíe en todo el proceso de socialización)
Es justamente lo que explica Ian Dunbaren esta breve charla en la que igualmente ofrece algunos consejos básicos para ayudar a perros adultos a llevar mejor los ruidos inesperados, como las tormentas.
También nos ofreció información útil así como consejos para saber cómo actuar para ayudar a los canes con miedo a los ruidos fuertes el etólogo Jaume Fatjó: obviamente no es lo mismo un ruido extremo que no depende de nosotros -petardos- que la aspiradora pero en ambos casos es importante permitir al perro que pueda estar en un lugar que considera seguro.
Si quiere salir del cuarto donde se esté produciendo el ruido, permítele que salga.
En casa siempre será algo más fácil el proceso puesto que podemos controlar el entorno, por ejemplo ofreciendo algún juguete relleno o algún hueso o chuche particularmente deliciosas mientras vayamos a pasar la aspiradora o a encender el electrodoméstico que asusta a nuestro perro.
Si quieres intentar que se acostumbre al ruido de manera gradual puedes ponerle una grabación del mismo pero a un volumen más bajo, mientras le das alguna chuche.
PD Y no solo lo perros, claro, también los gatos tienen fobia al aspirador... esta es la versión simpática del asunto, por el gato de Simon:
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