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Un perro de terapia ¿nace o se hace?

Un perro de terapia ¿nace o se hace?

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

¿Cómo llega un perro de terapia a ser perro de terapia? Esa es la pregunta a la que dan respuesta nuestros amigos de Dogtor Animal en este artículo que han compartido con todos nosotros, con ayuda de la bella Ela, una coterapeuta estupenda.

¿Cómo llega un perro de terapia a ser perro de terapia? Esa es la pregunta a la que dan respuesta nuestros amigos de Dogtor Animal en este artículo que han compartido con todos nosotros, con ayuda de la bella Ela, una coterapeuta estupenda.

"Si alguna vez habéis tenido el gusto de conocer a un perro de terapia seguro que os ha parecido un perro buenísimo, ¿verdad? Los peludos de Dogtor Animal están acostumbrados a  escuchar “¡qué perrito más bueno!” y esto es verdad, es una condición imprescindible para ser un buen perro de terapia.

Pero, ¿los perros de terapia nacen o se hacen así de “buenos”? Pues nacen y se hacen, es una mezcla de varios factores.Me explico mejor, para que me entendáis bien. Para que un perro pueda llegar a ser un buen coterapeuta debe tener unas características de base que tenemos que ir potenciando y trabajando a lo largo de toda su vida.

Así que un buen perro de terapia, nace y se hace. Para iros contando cómo es este proceso, largo y divertido, usaré a nuestra coterapeuta Ela como ejemplo.

Ya antes de nacer, sabíamos que Ela formaría parte del equipo de Dogtor Animal, ¿que cómo estábamos tan seguros? Es verdad, no podíamos estar seguros al 100%, pero sí al 90%, porque conocíamos bien a los padres de Ela y a sus criadores. Y es que este punto es muy importante. Los cachorros heredan gran parte de su carácter de sus padres, así que, conociendo a los padres de Ela teníamos mucho terreno ganado.

Un buen perro de terapia tiene que ser muy sociable y dejarse manipular y toquetear, y además disfrutarlo. Es importante también saber que los padres están sanos, porque no sólo se hereda el carácter, también algunas enfermedades.

Cuando nació Ela fuimos haciéndole un seguimiento, gracias a la colaboración de sus criadores, que nos mandaban vídeos de ella y de sus 9 hermanitos; les iban haciendo distintas pruebas, les iban presentando a distintos tipos de personas, les mantenían siempre vigilados, les dejaban estar con su mami y sus hermanos, les acostumbraban a distintos sonidos y lugares y, sobre todo, les daban muchos mimos y caricias. Ela prometía, estábamos seguros de que iba a ser una gran coterapeuta.

El día que fuimos a por ella despejamos las pocas dudas que podíamos tener sobre el carácter de Ela, comprobando que era una cachorra sociable, alegre y mimosa. A partir de este momento, empezamos a trabajar codo con pata con Ela, para hacer de ella la perrita de terapia maravillosa que es hoy en día.

Empezamos a enseñarle un montón de cosas, siempre con una educación en positivo, claro. Comenzó a ir a distintos lugares, a conocer a distintas personas, a conocer a otros animales (que es lo que más le gusta), a aprender habilidades y a ser obediente; en definitiva, empezó a convertirse en una perra de terapia espectacular.

Tras varios meses de entrenamiento y diversión, Ela comenzó a ir a sesiones, acompañada por uno de nuestros perros veteranos.

Así, nuestra cachorrita, aprendió a comportarse en el trabajo, observando a su compi peludo, donde no paraba de recibir premios, caricias y halagos, ¡estaba encantada!

Cuando ya estuvo preparada afrontó su primera sesión sola y lo hizo de cine.

Desde entonces hemos seguido trabajando con ella día a día, reforzando las cosas que ya tiene dominadas y aprendiendo cosas nuevas, porque siempre hay algo que aprender y es que, ya sabéis, ¡nunca te acostarás sin saber una cosa más!"

Amelia García Carmona
Etóloga veterinaria y Técnico en Intervenciones Asistidas con Animales.
Dogtor Animal

 

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