El mercado de los gadgets para animales de compañía crece día a día incluyendo tanto opciones útiles como otras más bien disparatadas. Se calcula que la industria de juguetes inteligentes para animales de compañía generará 20 mil millones de dólares para 2025.
Hay todo tipo de artilugios disponibles, cámaras de vigilancia que nos permiten ver lo que hacen nuestros perros cuando están solos en casa (algo que es una ayuda considerable si, por ejemplo, temes que tu can haya desarrollado ansiedad por separación), aparatos con los que además de verlos podemos darles chuches, también gps variados para tenerlos localizadosen los paseos y hasta presuntos educadores caninos automáticos.
En diversas universidades también se está avanzando en este sentido para ayudar, por ejemplo, a los perros de asistencia a poder comunicarse mejor en caso de urgencia, incluso con extraños, como hacen en el FIDO Project.
Ahora llega un nuevo y muy curioso invento desde la Universidad de Glasgow: el DogPhone.
La novedad, explican sus creadores, la Dra. Ilyena Hirskyj-Douglas junto con Andrés Lucero de la Universidad Aalto en Finlandia, es que es la primera vez que uno de estos artilugios es bidireccional puesto que permite a los animales -al menos en teoría- utilizar Internet para comunicarse con sus dueños.
Sí, el DogPhone no solo sirve para que las personas llamen a sus perros -y en teoría el perro puede coger el teléfono para interactuar con su humano en ese momento. Si no que el propio can podría iniciar esa llamada también...
Todo ello dentro de una pelota, para facilitarle la tarea al can, claro, junto con una pantalla colocada a una altura perruna, para que el can pueda ver lo que sucede del otro lado.
Ese es el foco de este experimento, dar a los perros opciones y libertad para elegir, que ellos puedan tomar decisiones y no solo respondan ante lo que sus dueños les proponen.
El responsable de probar este gadget es Zach, el labrador de la Dra. Ilyena Hirskyj-Douglas.
“Muy pocos (gadgets) parecen considerar lo que los perros podrían querer o cómo la tecnología podría beneficiarlos como seres vivos con pensamientos y sentimientos propios. Lo que quería hacer con DogPhone era encontrar una manera de convertir a Zack de un 'usuario' de la tecnología, donde no tiene opción ni control sobre cómo interactúa con los dispositivos, en un 'usuario', donde podría tomar decisiones activas sobre cuándo, dónde y cómo hacer una llamada ".
El experimento duró tres meses, en varias fases distintas en las que iban ajustando la sensibilidad con la que el acelerómetro que estaba dentro de la pelota respondía a los movimientos del can.
Zack hizo unas cincuenta llamadas, al menos la mitad fueron "accidentales" aunque algunas parecieron ser más significativas, explican: Zack le mostró a la Dra. Hirskyj-Douglas algunos juguetes con los que suelen jugar juntos y se acercó a la pantalla, sugiriendo que quería interactuar.
“Por supuesto, no podemos saber con certeza que Zack estaba al tanto del vínculo causal entre levantar la pelota y hacer una llamada, o incluso que algunas de las interacciones que parecían accidentales en realidad no fueron intencionales de su parte.
Sin embargo, está claro que en algunas ocasiones definitivamente estaba interesado en lo que estaba viendo y que mostraba algunos de los mismos comportamientos que muestra cuando estamos físicamente juntos", explica a Dra. Hirskyj-Douglas.
Un tema fascinante que ella lleva ya años estudiando. Esta es otra charla relacionada en torno a cómo los perros interactuan con la tecnología.
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