Alguien dejó una jaula a las puertas de una clínica veterinaria. En el interior había una perra, aterrada. Lo que ese can no podía saber es que pese a ese trauma, había tenido una suerte infinita y su destino estaba a punto de cambiar.
En EEUU muchos veterinarios se están formando a través del movimiento Fear Free, libre de miedo, para así tener en cuenta muchos otros factores, además de los médicos, a la hora de atender a sus pacientes. Cuidan el bienestar emocional además del físico porque ambos aspectos, lógicamente, están relacionados e influyen sobre la salud y los diagnósticos.
La clínica de la Dra Julie Reck, donde abandonaron a esta perra, es Fear Free y por eso mismo, como podréis ver en el vídeo y como explica esta veterinaria, ellos tenían las herramientas clave para hacer que Kizzie, como han llamado al can, fuera poco a poco perdiendo ese miedo que mostraba a los humanos.
En vez de colocarle un collar y tirar de ella, por muy suavemente que se hiciera ese gesto, la Dra Julie Reck optó por dar espacio al can, por permitirle salir a su ritmo... Y así podréis ver cómo sucede el cambio clave en su actitud, el momento en el que elige empezar a confiar en todos estos humanos desconocidos.
Es otro ejemplo más de la importancia de conocer el lenguaje canino, las señales de calma:algo que debería de ser obligatorio, lógicamente, en el caso de los veterinarios pero también para cualquiera que tenga que interactuar con perros estresados y atemorizados, como la policía, etc.
Kizzie, además, ¡ha sido adoptada por Julie Reck!