La historia de Liberty es dramática y dolorosa pero es también milagrosa: demuestra, una vez más, el enorme espíritu y ganas de vivir que tienen los perros; todo lo que nos pueden enseñar, si les dejamos. Todo lo que llegan a sufrir por culpa de los humanos.
Liberty ha tenido mucha, muchísima suerte y está celebrando una Navidad muy especial junto al hombre que la rescató de un mercado de carne de perro en Camboya.
Marc Ching es un conocido activista que lleva años luchando contra la barbarie que rodea a esos mercados en Asia: no sólo venden perros para su consumo sino que, con frecuencia, los torturan antes de matarlos porque se cree que así su carne sabe mejor.
Por eso habían cortado las patas a Liberty. Pero ella tuvo la enorme fortuna de toparse en el camino de Marc Ching y ahora vive con él y su familia, hasta que -más adelante- pueda ser adoptada, cuando ya esté totalmente recuperada. Y por Navidad ella ha recibido un regalo muy especial: unas nuevas patas.
Aunque aún pasarán semanas hasta que Liberty esté realmente cómoda con sus nuevas patas y su espina dorsal se vaya ajustando a su nueva forma de andar, aquí podéis ver cómo, pasito a pasito, con cuidado pero sin parar de avanzar, Liberty se va acostumbrando a esas nuevas patas. Es impresionante cómo los perros son capaces de adaptarse y recuperar las ganas de vivir tras sufrir eventos que, a todas luces, son del todo traumáticos.
En este otro vídeo ofrecen más detalles sobre cómo Marc Ching salvó a Liberty. Y en su facebook podréis encontrar un caso tras otro de segundas oportunidades que emocionan y que son un regalo para todos...porque hay gente que hace posible que el mundo sea un poquito mejor para los animales.
