Polaris, como decidieron llamar a este mestizo de Pastor Alemán, llegó al Aeropuerto Internacional de San Francisco en agosto en un vuelo procedente de China. El perro no tenía la documentación que necesitaba para entrar en EEUU por lo que fue detenido en la frontera.
Su presunto humano decidió continuar su viaje y abandonó al can, algo que podría haber significado su muerte: en EEUU, como sucede en la UE, cuando llega un animal procedente de un país con riesgo elevado de rabia sin tener los papeles en regla, se enfrentan con la posibilidad de que se ordene su sacrificio o su retorno inmediato al país de origen.
Es algo parecido a lo que sucedió con Luno, el perro que llegó a Barajas procedente de Costa Rica: su caso acabo enredándose en una considerable maraña legal que condujo a una verdadera pesadilla para el can y su familia. Luno ha pasado nueve meses separado de Andrea, fue finalmente en diciembre cuando salió del CIAMM donde cumplía su cuarentena y ahora están en Ecuador donde van a regularizar su situación para poder volver a entrar en España con toda la documentación, esta vez sí, en regla.
En el caso del perrete abandonado en el aeropuerto de San Francisco, los responsables de United Airlines se movilizaron para conseguir que las autoridades permitieran al can quedarse en EEUU, que no fuera devuelto a China donde -sin familia- igualmente podría ser sacrificado.
Sus esfuerzos dieron fruto, el CDC impuso una cuarentena pero permitió a Polaris quedarse en EEUU.
El can ha tenido que pasar una cuarentena también bastante extensa, de cuatro meses, pero una vez superada, ya tenía el visto bueno para que pudieran encontrarle una familia y garantizar que tendría un futuro feliz en su nuevo país.
En colaboración con la SPCA de San Francisco, desde United Airlines tenían claro que querían gestionar la adopción de forma que el can pudiera quedarse con alguna persona de la línea aérea porque Polaris se había ganado el cariño de todos sus trabajadores en el aeropuerto, los mismos que cuidaron del can hasta que fue enviado a su cuarentena en Los Ángeles.
Y así ha sido, de las 35 solicitudes que recibieron para adoptar a Polaris seleccionaron las 5 más adecuadas para finalmente permitir que fuera la suerte quien decidiera...
Así fue como Polaris entró a formar parte de la familia del piloto William Dale.
Y no solo eso, el día de la adopción, organizaron una fiesta de despedida para Polaris y United Airlines donó $5.000 a la SPCA de San Francisco para apoyar su trabajo ayudando a los animales que más lo necesitan.
Una historia con final extra feliz que muestra lo que se puede conseguir cuando hay voluntad y buenas personas de por medio.
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