Ahora es Podemos quien ha presentado una enmienda a la Ley de Bienestar Animal, lo ha hecho junto con ERC, Más País y EH Bildu con el objetivo contrario a la enmienda presentada por el PSOE (que ya fue aprobada).
La enmienda de Unidas Podemos busca, justamente, anular el texto del PSOE para volver a incluir a los perros de caza en la Ley de Bienestar Animal. La enmienda se votará mañana jueves en el Congreso, justo antes de la propia Ley de Bienestar Animal.
Es complicado, muy complicado que prospere y no está claro que la propia ley vaya a ser aprobada, visto lo visto.
Si no prospera mañana esta nueva enmienda, hay dos alternativas, ninguna de ellas particularmente positiva para los animales en España: podría llegar a salir adelante la Ley de Bienestar Animal tal y como está ahora el texto, incluyendo la enmienda del PSOE y por tanto dejando fuera a perros de caza y trabajo.
O puede que la Ley no salga adelante, que no logre los votos necesarios para ser aprobada (necesita mayoría absoluta) y que haya que volver a empezar, para tratar de alcanzar un consenso que permita protejer a todos los perros por igual.
Si se aprueba una normativa nacional en la que se discrimine ya de partida a los perros que más protección necesitan, difícilmente podremos estar hablando de ningún tipo de avance en la protección de los animales en España.
Y, mientras tanto... Desde la Real Federación de Caza explican que no, que no hay un problema de abandono o maltrato de perros de caza. Sus datos provienen de una respuesta del Gobierno en el Congreso, unos datos que harán reír o más bien llorar a todas las protectoras que hay en nuestro país porque según los datos oficiales en 2021 hubo 56 infracciones penales por maltrato o abandono de perros, en 2022, hasta el mes de julio, 24.
Para empezar habría que tener en cuenta que difícilmente podría haber una infracción penal por abandono cuando una gran mayoría de los perros de caza ni siquiera tienen chip, así que no se sabe quién es la persona que lo ha abandonado... Pero, en cualquier caso, dado que protectoras como Galgos 112 o Fundación Benjamín Mehnert se hacen cargo de cientos de animales cada año, las cifras oficiales distan mucho de reflejar la realidad.
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