Ver a un perro durante apenas cinco minutos, incluso a través de una pantalla, puede contribuir a disminuir el estrés de una persona. Así lo demuestra un estudio en el que han participado investigadores de la Universidad de Columbia Británica y de la Universidad de Brock que confirma los efectos positivos de los perros de terapia también en contextos virtuales.
Los beneficios de interactuar con perros son posibles incluso sin contacto físico con los canes, esto es algo que ya comprobaron durante la pandemia los equipos españoles de R.E.A.D., los perretes que acompañan a niños que aprenden a leer.
Y ahora este estudio también lo ha constatado. Más de 900 estudiantes universitarios y 120 personas de la comunidad vieron un breve vídeo de cinco minutos protagonizado por un perro de terapia del programa B.A.R.K. (Building Academic Retention through K9s) y su responsable voluntario o voluntaria.
Estos vídeos, cuidadosamente diseñados, incluían momentos de reflexión guiada, narraciones tranquilas y una interacción visual que simula una sesión presencial.
Antes y después de ver el vídeo, las personas participantes completaron un cuestionario sobre su nivel de estrés.Los resultados mostraron una reducción significativa del estrés, sin importar la edad ni el entorno académico.Además, el acceso al contenido era completamente gratuito, sin necesidad de citas ni de interacción humana adicional.
“El estudio demuestra que incluso en una sesión virtual se logró una reducción significativa del estrés, tanto en estudiantes como en el público general”, confirma el Dr. Binfet, director del programa B.A.R.K. “Esto sugiere que los módulos virtuales de confort canino son una herramienta eficaz, accesible y de bajo coste para quienes buscan apoyo en salud mental”.
El equipo investigador considera que esta modalidad puede ser especialmente útil para personas que viven en zonas rurales, tienen horarios complicados o son reticentes a pedir ayuda formal.
Este estudio sienta las bases para seguir desarrollando oportunidades virtuales que permitan a estudiantes y al público general interactuar con perros de terapia y sus guías. Una posibilidad es incorporar prácticas de atención plena (mindfulness) en los módulos virtuales y evaluar si esto aporta beneficios adicionales en la reducción del estrés.
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