Son solamente perros. Esta es una frase que repite con frecuencia Cristóbal López, portavoz de Unidos en Apoyo a las Razas PPP y también Policía Local.
Él nos ha aclarado todo lo relativo a la normativa que afecta a estos canes, a los perros catalogados por la ley como "potencialmente peligrosos" y las novedades que, al menos en teoría, se avecinan.
Cristóbal critica la falta de base científica tras esta etiqueta que tantos efectos negativos tiene para los animales. No solo afecta a su bienestar -puesto que impide su correcta socialización- sino que también perjudica a la sociedad -porque todas las perreras y protectoras están saturadas de PPPs por lo complicada que es su tenencia.
Y, sobre todo, lo más importante: porque esta normativa no ha tenido ningún efecto, "efecto cero", en palabras de Cristóbal, a la hora de lograr su objetivo, prevenir las mordeduras de perros.
Los perros de ocho razas concretas y sus cruces, así como aquellos que tienen ciertas características físicas o los que tienen una historia de agresividad están actualmente catalogados como PPP, Perros Potencialmente Peligrosos.
Estas son las ocho razas mencionadas en el Real Decreto que desarrolla la Ley de 1999.
a) Pit Bull Terrier
b) Staffordshire Bull Terrier.
c) American Staffodshire Terrier.
d) Rottweiler.
e) Dogo Argentino.
f) Fila Brasileiro.
g) Tosa Inu.
h) Akita Inu.
La normativa que afecta a los PPP tiene varios problemas, el principal es que no cumple su cometido, no garantiza que haya menos mordeduras de perros a personas o a otros canes. Además, no tiene salida: una vez que un perro es catalogado como PPP, la etiqueta -y las considerables restricciones que conlleva- le perseguirá toda su vida.
Y dado que la normativa obliga a llevar a los PPPs -desde cachorros- siempre con bozal y casi siempre atados (no pueden ir sueltos ni en pipicanes ni en playas caninas, por poner un ejemplo pero, además, tampoco son bienvenidos en multitud de espacios como trenes, hoteles, etc.) es complicado, por no decir imposible, que puedan tener una socialización correcta.
Esto afecta al bienestar de todos los PPP, sin duda, y además hace que la normativa sea contraproducente porque un perro mal socializado es el que sí podría generar accidentes o problemas.
Cristóbal lo aclara con más detalle en el vídeo:
Hay un problema de definición legislativo, explica Cristóbal. La normativa no lo define exactamente como tal. Es evidente que -si su perro no es de la ocho razas catalogadas como PPP- un ciudadano no tiene por qué saber que su perro cumple con ciertas características de las que aparecen en el anexo de la ley y que, por tanto, podría ser considerado perro potencialmente peligroso.
Normalmente sería un veterinario quien podría decirte que tiene que dar de alta a ese perro en el registro comunitario de potencialmente peligrosos. Eso, hay veces que ocurre, hay veces que no ocurre. Pero la persona podría no estar de acuerdo e irse a otro veterinario...
Si se topa con un policía que considere que ese perro es PPP puede exigirle los papeles y realizar un acta y mandar ese informe al departamento de Sanidad, que lo puede pasar a sancionadores. Te puede llegar entonces una multa más que considerable: si no tienes licencia, si no tienes seguro, no lo llevas con bozal, lo llevas con un flexi... 15.000 euros de multa.
Cristóbal tiene claro que quien tiene que definir esto es o bien el veterinario o, si hay denuncia, el técnico veterinario del departamento de sanidad. Pero en este segundo caso no se debería poder sancionar al ciudadano porque si su propio veterinario no le indicó que su perro era un PPP, esa persona no tenía porqué saberlo.
Además, de cara a las familias, hay más problemas:la persecución que sufren por tener perros considerados PPP.El otro día, dice Crístobal, el Alcalde de Leganes reconocían una entrevista que había 300 infractores en su municipio, no recoger las cacas, por llevar a los perros sueltos, por mordidas, etc. pero que solamente habían incidido en los 26 infractores sobre la ley de PPPs.
"Aquí todo el mundo incumple y solamente cobran de las familias que tienen PPP" (....) "Hay campañas, hay campañas de persecución. Ves a los policías en el parque: pasa un Labrador corriendo, un Boder Collie persiguiendo a un gato, un Perro de Agua tirando a un niño porque se sube encima... y como vayas túy con tu perro atado pero sin bozal dicen, ven para acá, 600 euros. Y si en vez de eso te ha caducado la licencia, son 3000 euros.
Cristóbal pone en foco en la la necesidad de educar sobre el comportamiento canino en general, independientemente de la raza o tamaño del perro.
Porcentualmente, estamos hablando de hasta el 85-90% de PPPs en protectoras o perreras, sobre todo en perreras que tienen que coger todo lo que les venga por obligación legal, dice Cristóbal.
Hay asociaciones que, directamente, prefieren no coger PPPs porque son los que más tiempo requieren para llegar a ser adoptados -por todas las restricciones que les afectan.
Es normal, si vas a adoptar y ves un perro que, ya sabes, no puedes soltar ni en un pipican y tiene un seguro más caro, etc. pues te quedas con el del chenil de al lado. Porque por sacar a tu PPP sin bozal te puede caer una multa de 600 euros...
También afecta negativamente cómo los medios de comunicación hablan de estos perros: cada vez que hay un ataque, en prensa se habla de pit bulls, aunque sea de otra raza o no sea PPP, aunque sea un Pastor Alemán.
Y, además, han logrado el efecto contrario con esta normativa: si tú dices que algo es peligroso pues hay gente que se va a sentir atraída: hay "malotes" que van a preferir a estos perros para realizar sus fechorías o, simplemente, para salir al parque y dar miedo. O, en zonas degradadas, como poblados chabolistas, donde los usan para tenerlos de guarda, por seguridad, y crían con ellos, los venden...
Cuanto más cría descontrolada, más abandono, es evidente.
Se valoró la posibilidad de hacer pruebas de comportamiento a todos los perros o, por lo menos, a perros de determinado peso en adelante por la potencial peligrosidad de que en un accidente pudieron hacer daños más más graves. Ahora esto no se está considerando ya.
Ahora lo que sí está en marcha es plantear pruebas de valoración pero solo a las ocho razas catalogadas como PPP y sus cruces, las que están en el anexo 1. El anexo 2 (las características físicas) quedaría derogadopor lo que no serían considerados PPP esos perros.
Para ello, la DG Derechos de los Animales ha establecido unas mesas de trabajo con las entidades más punteras en cuanto a comportamiento animal, se supone. Hay veterinarios, adiestradores, educadores...
Aunque podría no salir adelante, en este momento lo que se sabe es que la idea sería que a partir de los 12 meses de edad se les haría una prueba, una valoración de comportamiento a los perros. Si el perro la pasa, entonces deja de ser considerado potencialmente peligroso.Si no pasa esa valoración, la propuesta de Unidos en Apoyo a las razas PPP es que puedas pedir una segunda opinión y, en caso de que realmente se constate que tu perro tiene problemas de conducta, que sea obligatoria la reeducación y una nueva valoración.
Que no sea, como ahora, una condena para toda su vida, que tenga salida.
Cristóbal considera que el cambio en la normativa no va a generar alarma social y solo espera que nada bloquee el proceso que está ahora en marcha porque estamos hablando de racismo canino y de una normativa que consigue lo contrario de lo que se propone, genera perros inseguros en vez de garantizar la seguridad.
Además, contribuiría a facilitar la adopción de miles de perros porque todos los canes ahora catalogados como PPP que no sean de las 8 razas que venimos mencionando inmediatamente dejarían de serlo.
Nos da muchos más detalles en los siguientes vídeos:
Cuando pasen unos años, cinco, incluso 10 años, una vez que hayamos visto que esto no es un problema tan grave como estaba diciendo, una vez que viéramos que la mayoría de perros no llevan bozal porque pasan las pruebas de sociadidación perfectamente, no tiene mucho sentido seguir haciendo pruebas de socialización, considera Cristóbal.
Siempre que se regule correctamente todo lo que se ha dicho que se va a regular (a través de la Ley de Bienestar Animal): "Lo que sobra es gente con perros. No sobran razas, no sobran tamaños de perros, no sobran morfologías. Lo que sobra es gente adquiriendo perros de cualquier manera, criando perros de cualquier manera y adquiriendo perros de cualquier manera y teniéndolos de cualquier manera.
Si regulas eso y, oye, damos un pasito, venga, valóranos. No tenemos problema, valóranos. Pero cuando pasen cinco años que todo eso esté regulado y ya avance la legislación, diez si quieres. Oye, vamos a acabar con esto ya, ¿no?"
Habrá que esperar aún para ver cómo y cuánto se avanza con esta cuestión porque, como ya sabíamos, por ahora el Real Decreto que desarrolla todos los aspectos pendientes de la Ley de Bienestar Animal aún no ha sido presentado a consulta pública, que es el momento en el que se pueden hacer alegaciones, etc. Y ese Real Decreto incluye muchos temas muy complicados, mucho más que lo relativo a los PPPs.
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