Han pasado más de dos años desde el terrible caso de Sota, la perra que fue abatida por la Guardia Urbana de Barcelona y el proceso judicial parece atascado. Aunque en mayo 2019 un juez citó a declarar, como imputados, tanto al policía que mató a la perra como a su compañero de patrulla, desde entonces no ha habido novedades.
En su momento esos agentes dijeron que la perra les había atacado pero un análisis detallado de los documentos oficiales sobre lo sucedido, incluyendo los partes médicos, llevaron a AVATMA a concluir que aunque Sota -tras, previsiblemente, mostrar señales de calma- tratara de defender a su humano, no agredió con violencia al policía.
De ahí la denuncia de PACMA, una de las entidades que rápidamente se movilizaron oficialmente tras la muerte de Sota:
"Hace unos meses, la Audiencia de Barcelona impuso el pago de una fianza de 3.000 euros a todas las organizaciones que nos personamos como acusación en el caso de Sota, la perrita que murió tiroteada por un agente de la Guardia Urbana en Barcelona el 18 de diciembre de 2018.
Tras casi dos años de instrucción, el caso no tiene más resolución que la imposición del pago de una fianza por defender a Sota.
Es indignante que, a pesar de las reclamaciones que la sociedad lleva haciendo durante estos dos años para que se haga justicia por Sota, el caso no haya avanzado.
Quienes defendemos a los animales nos encontramos con continuos obstáculos para defenderlos, y ante este atropello nos uniremos a varias organizaciones animalistas para seguir luchando por Sota en los tribunales y conseguir que el caso siga adelante. Su muerte no quedará impune y seguiremos exigiendo que se depuren responsabilidades."
En su momento, en 2018, hubo recogidas de firmas y manifestaciones en toda España. Una movilización realmente impresionante.
Otra de las cuestiones que puso de relieve este atroz suceso fue la falta de formación y manejo de los cuerpos policiales en general, y en este caso de la Guardia Urbana de Barcelonapara con los animales.
De ahí que también se lanzara una petición para exigir la creación de protocolos seguros de actuación, para evitar que lo sucedido con Sota pudiera volver a repetirse (como, de hecho, se ha repetido).
PACMA, por su parte, promete que seguirán luchando por Sota para que su muerte no quede impune.
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