Es como si hubiera elegido rasgar la cortina que separa el dolor real que normalmente queda oculto bajo la fachada profesional que, normalmente, mantienen los veterinarios. Tracy Lee Richardson, veterinaria en una clínica de Bluffton, Ohio, ha compartido una foto y un doloroso mensaje sobre un mal día, uno de esos días que apestan yque, por desgracia, en su profesión son demasiado frecuentes.
"Siempre suelo publicar fotos de cachorros. Tantas fotos que muchos pueden pensarse que mi trabajo es una sucesión de cosas bonitas, arco iris y mariposas. Y en realidad, puede ser exactamente lo contrario.
Hoy tuve que dormir a un perro muy enfermo. Durante el proceso de la eutanasia, su dueño hablaba con su hijo por FaceTime y él comenzó a cantar una canción que había escrito para su perro. Fue absolutamente bello. Las lágrimas inmediatamente comenzaron a resbalar por mi rostro, casi en sintonía con la melodía de la guitarra. Me senté en el cuarto con el resto de la familia y lloré con ellos.
Por desgracia, esa no es la parte difícil.
Entonces tuve que salir de la habitación, terminar de llorar en el baño y luego recomponerme para dirigirme a la siguiente sala de exploración.
Rezaba para que mi próximo paciente fuera un cachorrote que me alegrarar el ánimo pero resultó ser otro perro muy enfermo, al borde también de la eutanasia.
Esta es una de las MAYORES razones por las que la tasa de suicidios es tan extremadamente alta en mi profesión. Por favor, sed siempre amables con vuestros veterinarios y el personal de las clínicas. Nuestros trabajos son mucho más difíciles de lo que a veces se pudiera pensar.
Adoro mi trabajo. No me arrepiento de haberme convertido en veterinaria, pero hay algunos días que mi trabajo es un asco."
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