Es inspirador toparse, aunque sea virtualmente, con alguna de esas personas tan especiales que cambian el mundo de los perros. Seguro que conocéis a alguien así, que se deja la piel y las horas libres ayudando a rescatar perros, que es voluntaria todos los findes en alguna protectora o que cuida -como hacen en BichosRaros- de perretes que necesitan más ayuda...
En el caso de esta mujer, lo que consigue se antoja directamente milagroso pero... no, no es un milagro, es que Sybille no se rinde, no mira hacia otro lado y dedica tiempo, conocimientos, paciencia y lo que haga falta para intentar rehabilitar a los perros heridos que se cruzan en su camino.
Como veréis, el proceso a veces es lento, muy lento pero... mirad a esta perrina, mirad su transformación en perra absolutamente feliz.
Mis amigos peludos discapacitados (My Disabled Hairy Friends) así se llama la pequeña protectora que en 2021 creó Sybille en la isla de Koh Samui, en Tailandia.
Un lugar en el que cuidan con mimo de perros que necesitan ese apoyo extra, de canes que gracias a ella y otras personas voluntarias logran esquivar la eutanasia porque allí, donde están, eso sería lo habitual en el caso de perros que no puede moverse porque han sido atropellados o han sufrido algún accidente.
A su cargo normalmente hay una veintena de canes. Y verlos disfrutar es... pues eso, inspirador y feliz.
Una veintena de perros que, gracias al cariño infatigable de una mujer, a su tesón y conocimientos, gracias a la poca ayuda que reciben de todo el mundo, pueden volver a andar y jugar, a correr por la playa.
Hasta 2013, Sybille trabajaba como médica en un hospital de su alemania natal pero pasaba todas sus vacaciones en Koh Samui ayudando a los canes de la calle. Durante una década vino a echar una pata a la protectora local siempre que pudo.
Poco a poco empezó a pasar más y más tiempo en Tailandia y menos en Alemania hasta que llegó la pandemia y entonces ya sí decidió mudarse a esta isla y, en cuanto fue posible, fundó su propia protectora desde la que se desvive por los que más la necesitan.
Y el "culpable" de todo fue un can muy especial, Sammy:
Curiosamente, Sybille está en la misma isla de Tailandia que otro extranjero que también ha decidido dedicar su vida a ayudar a los perros de la calle: Nial Harbisson. Ambos colaboran y Nial ha mostrado en más de una ocasión el trabajazo que hace Sybille y cómo logra pequeños grandes milagros con tesón, cariño y paciencia.
Aquí podéis ver cómo Sybille ha rehabilitado a Lilo, una perra que estaba paralítica tras haber sido atropellada.
Si queréis colaborar con esta protectora, en su web os explican cómo ayudar.
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