Las tribulaciones de una mujer con su perro de asistencia, un perro de alerta médica

Haylee Graves se mueve por el mundo siempre acompañada de Jake, su perro de alerta médica. Hace un año, a esta joven le diagnosticaron una enfermedad rara llamada síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS, por sus siglas en inglés), una dolencia que se traduce en que al levantarse o sentarse puede sufrir taquicardia y una disminución de la presión arterial, que puede marearse o desmayarse.

Ella y Jake se han hecho famosos en TikTok (600K seguidores) porque en esta red social Haylee se está dedicando a documentar todo tipo de incidentes de su vida cotidiana (muestra cómo Jake es capaz de ayudarla y también cómo demasiadas personas se saltan las normas básicas sobre perros de asistencia...). Porque ella ha denunciado el peligro que supone que perros no entrenados, como los perros de apoyo emocional, puedan convertirse en un riesgo para las personas que van con sus perros de asistencia.

También en España hay mucho desconocimiento sobre este tema: lo más importante es tener claro que es peligroso distraer a un perro de asistencia, incluso cuando parezca que está descansando (Aquí podéis leer más consejos al respecto.)

Jake ha sido entrenado, entre otras cuestiones, para alertar a su humana cuando su ritmo cardíaco sube demasiado o demasiado rápido: el can entra en acción para que ella sepa que tiene que sentarse un rato, para evitar desmayarse.

¿Cómo lo hace? Pues como veréis, le da topetazos con la nariz en la pierna y si ella no le presta atención entonces el can salta sobre su pecho para "obligarla" a que se siente. Y después, cuando ella ya está sentada, él se recuesta sobre su cuerpo para que su ritmo cardíaco baje antes y de forma segura.

En EEUU, oficialmente, un perro de asistencia (Service Dog) es "un perro que ha sido entrenado individualmente para trabajar o realizar tareas para una persona con una discapacidad. La(s) tarea(s) realizadas por el perro deben estar directamente relacionadas con la discapacidad de la persona."

Es decir, para el organismo que regula estas cuestiones, un perro de apoyo emocional o un perro de terapia NO son considerados perros de asistencia (y por tanto no tendrían los mismos derechos de acceso a lugares públicos, etc.)Sin embargo, un perro que haya sido entrenado para detectar ataques de ansiedad e intervenir para evitarlos sí cumpliría los requisitos para ser considerado un perro de asistencia (psiquiátrico).

Esto es justo lo que sucedió en este incidente que es uno de los más comentados y compartidos de su cuenta: Haylee y Jake estaban en un supermercado cuando el perro de otra mujer se abalanzó hacia ellos, no está claro si para jugar o qué.

En cualquier caso, Haylee le llamó la atención a la mujer para decirle que el suyo era un perro de asistencia... trató de alejarse pero no hubo manera, la mujer erre que erre, insistiendo en que el suyo era perro de apoyo emocional, aún en entrenamiento, porque ella tiene ataques de pánico...

Y no, no es lo mismo y a la vista está que la actuación del otro perrete podría haber causado un problema serio si Haylee hubiera sufrido algún episodio en ese momento.

Aquí dos ejemplos de lo contrario, de personas que preguntan antes de acercarse y respetan que el can está trabajando. El consejo es claro: no te acerques a un perro de asistencia salvo que su guía te diga que puedes hacerlo.

Aquí, explicando en un restaurante que Jake es un perro de asistencia y que ellos tienen derecho a preguntar qué tipo de tarea ha sido entrenado para realizar en este caso:

Ella también ayuda a otras personas que están entrenando a sus perros y, en general, se esfuerza por educar o concienciar a todos los que se acercan a preguntar.

Un consejo más, por parte de Haylee:

"Creo que algo de lo que no se habla lo suficiente es cuando tienes un perro de servicio y estás tratando de entrenar: la gente siempre se acerca a hablar contigo.

Podrías estar en medio del entrenamiento de tareas, entrenamiento de comportamiento, cualquier cosa y la gente siempre se acerca para hablar contigo...

Creo que no se dan cuenta de que a veces puede ser frustrante, es una distracción, interrumpe lo que estamos tratando de hacer.

Sé que muchas veces las personas tienen buenas intenciones y esa es una de las razones por las que me aseguro de ser siempre amable, pero para un guía que está en medio de una sesión de entrenamiento o en medio de un episodio médico ¡tener una conversación no está en la lista de tareas pendientes!

Así que recuerda que cuando te encuentres con un perro de servicio en público y esté entrenando, es importante no distraer o interrumpir lo que está pasando❤️"

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