Probablemente alguna vez habréis escuchado que una perra ha tenido un “embarazo psicológico” ya que son muchas las hembras caninas que sufren este proceso.
¿Qué es el “embarazo psicológico”?
Probablemente alguna vez habréis escuchado que una perra ha tenido un “embarazo psicológico” ya que son muchas las hembras caninas que sufren este proceso.
¿Qué es el “embarazo psicológico”?
Se trata de la aparición de signos de preñez después de 6 a 14 semanas tras el celo en hembras que no han sido montadas.
El término correcto debería ser pseudogestación ya que no se trata de un proceso que tenga relación alguna con la parte “psicológica” sino que tiene su origen en los mecanismos hormonales normales del ciclo reproductivo de las perras.
Hace años se creía que la pseudogestación era una enfermedad, pero los estudios han demostrado que se trata de un proceso normal en muchas perras.
Los orígenes
La pseudogestación parece ser un mecanismo de supervivencia de la especie canina que se mantiene en las lobas: una madre lactante pero sin crías podría alimentar a una camada de la hembra dominante de la manada y aumentar así la supervivencia de los cachorros.
¿Cómo reconocer la pseudogestación?
Los signos más frecuentes que podemos encontrar son:
aumento de peso
disminución de la actividad física
agresividad
lamido de las mamas
actitud maternal: adopción de muñecos, zapatillas, etc; construcción de nidos
aumento del tamaño de las glándulas mamarias con producción de leche
¿Cuándo debemos preocuparnos?
En general la pseudogestación se resuelve sola en unas 2 a 4 semanas.
Si se prolonga la falta de apetito, existe agresividad, la lactación aumenta o se inflaman las mamas, la pseudogestación debe tratarse bajo el asesoriamiento del veternianrio.
Las recomendaciones:
Evitar el lamido de las mamas ya que estimula la producción de leche
Retirar los objetos que la perra haya adoptado
Aumentar el ejercicio y limitar la cantidad de comida en perras que han aumentado su apetito
Existen fármacos tranquilizantes en casos de agresividad marcada y medicamentos específicos para disminuir la producción de la hormona prolactina (tu veterinario te aconsejará en caso necesario)
Esterilización quirúrgica: es el tratamiento definitivo, recomendado para casos recurrentes
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