Un vecino del municipio de Antella, en Valencia, ha logrado que este Ayuntamiento tenga que indemnizarle con 3000 euros por los daños y perjuicios sufridos al haber soportado los ladridos del perro de sus vecinos, día y noche, durante años.
Y será el consistorio quien pague esta indemnización, no el dueño del animal, porque el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana así lo ha decidido al entender que pese a las denuncias constantes, el consistorio no puso ningún tipo de solución al problema.
Una indemnización de 60.000 euros "por los daños físicos y morales ocasionados" así como la confiscación del perro de sus vecinos: esto es lo que pedía el hombre que había recurrido una sentencia previa por la que le indemnizaban con 3000 euros.
Finalmente, el TSJ de la Comunidad Valenciana le ha dado la razón solo en parte: mantiene la misma indemnización dado que no consideran que esté probado que el cuadro de ansiedad que sufre se haya desencadenado por las molestias acústicas ante los ladridos caninos.
Y tampoco consideran que pueda confiscarse al can dado que esto solo podría llevarse a cabo "en el seno de un procedimiento sancionador". De propina, le va a tocar pagar las costas procesales por un máximo de 600 euros por lo que su indemnización se va a ver reducida.
Como aclaran en El País, ante una situación de esta índole, lo recomendable es ir primero "por las buenas", hablar con el dueño del can para que sea consciente del problema y tratar de solucionarlo. Solo si esa vía no prospera habría que canalizar el asunto hacia la comunidad de propietarios. Y solo entonces, "si la vía amistosa fracasa, el siguiente paso es presentar una queja frente al ayuntamiento o una denuncia ante la Policía Local, que puede ser telefónica, online o presencial."
Un perro puede ladrar por multitud de razones y por eso mismo, desde el punto de vista del bienestar del can, hay multitud de formas de tratar de encauzar ese comportamiento. Puede ser algo pasajero, podría tratarse de un perro recién adoptado que esté aún adaptándose a su nuevo hogar, puede suceder tras un traslado, o por un cambio en las rutinas de esa familia...
No se debe ignorar o pensar que pasará por sí solo con el tiempo pero es cierto que hay personas que no son conscientes de que su perro ladra cuando ellos no están: una recomendación útil, ante la duda, es tener una cámara de vigilancia "casera" para poder echar un ojo a nuestros canes cuando se quedan solos.
En caso de que veamos que un can ladra o lo pasa mal habría que hablar cuanto antes con un etólogo o con un educador canino en positivo para ver cuál es la mejor forma de ayudar a este perro.
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