Alguien mutiló a esta perra cuando era una cachorra. Por eso no puede usar sus patas traseras. Sunshine tuvo la suerte de ser adoptada por la responsable de un santuario de animales y allí ha crecido feliz. Podía manejarse más o menos sus patas delanteras pero ya de adulta se notaba que era cada vez más difícil para ella así que tuvieron la idea de intentar recaudar fondos para poder conseguirle unas prótesis.
En este breve vídeo podéis ver cómo Sunshine se va acostumbrando a sus nuevas patas, cómo empieza por fin a descubrir que puede volver a correr...
Prometen que dentro de poco tendremos más novedades sobre Sunshine, están terminando un cortometraje sobre su historia que compartiremos en cuanto esté online.
Entre tanto, mirad cómo es de chulo el lugar donde vive, junto con otros perros y gatos, una casa con campo al rededor donde todos pueden correr, descansar y tener una buena vida.
