Seneca Krueger ha sido el hogar temporal para unos 40 perros, sabe lo que es ser una casa de acogida, la responsabilidad y la felicidad de saber que ese can pronto podrá formar parte de una familia para siempre, también la tristeza de la despedida. Pero, según cuenta, cuando Zelda fue adoptada tras pasar siete meses con ella, fue distinto, lo pasó fatal, se quedó destrozada cuando le dijo adios, como si en realidad hubiera perdido a su perra... Y está visto que Zelda sentía lo mismo.
Zelda había sido adoptada por una familia que vivía a unos 48 kilómetros. A los 10 días, escapó y entonces comenzó la búsqueda desesperada por parte tanto de Seneca Krueger como de muchos voluntarios.
Ofreció recompensas e incluso contrató a una organización que se dedica a rescatar a perros perdidos. Gracias a ellos y a los avisos dados por cientos de personas pudieron ir "mapeando" la trayectora de la perra, un camino que poco a poco iba acercándose hacia la que había sido su hogar de acogida.
Aún así, parecía imposible cogerla: pasaban semanas sin que nadie la viera y hubo muchas veces en las que se temieron que pudiera haber sufrido algún accidente.
Zelda pasó tres meses, tres meses deambulando y esquivando a los voluntarios que la buscaban hasta que por fin pudo reunirse con la que ya sí será su humana para siempre: Seneca Krueger ha adoptado oficialmente a Zelda.
En la protectora consideran que es un verdadero milagro. ¡Normal!
Así compartió Seneca la feliz noticia después de luchar durante tres meses por reunirse con su perra. Ella lo tiene claro, los perros también eligen a sus humanos.
