En plena ola de calor, cuando los termómetros superan los 35 grados en media España, alguien decidió que era una buena idea dejar a un pequeño cachorro de Malinois encerrado en un balcón, a pleno sol, sin agua, sin comida, sin sombra.
Por fortuna los vecinos dieron aviso a la policía (esto es crucial, es esencial denunciar por canales oficiales) y pudieron actuar a tiempo: la Guardia Urbana y los bomberos de Tarragona acudieron a rescatar a este perrete que tan mal lo debió de pasar.
Además de que los perros gestionan mucho peor que las personas las altas temperaturas, en el caso de un cachorro es aún más grave, aún más peligroso.
Han abierto diligencias por presunto maltrato animal (lo de presunto lo dice la guardia urbana pero tiene poco de presunto es maltrato animal en toda regla).
¿Qué puede pasar? Pues el decomiso del cachorro es, inicialmente, solo temporal: es decir, sí, puede que se lo devuelvan al irresponsable que lo dejó en el balcón por mucho que les pudieran imponer una multa.
No es la primera vez que sucede. Si sus tutores legales eligen no ceder al perro, solo un juez podría determinar que se lo retiraran definitivamente.
Este es un caso grave que ha requerido la intervención de la policía pero es fácil ver muchos otros casos de irresponsabilidad humana en estos días de tantísimo calor. Como aquí, alguien dejó a sus perros a la puerta de un supermercado. Al sol, con 42 grados.
No solo está prohibído por la Ley de Bienestar Animal que un perro esté en la vía pública sin supervisión de sus tutores sino que demuestra una falta total de sensibilidad y sentido común.
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