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La "eutanasia por comodidad", una realidad chocante, un caso con final feliz

La

Última actualización del articulo el día 20/10/2020

La eutanasia de un perro es un momento duro, difícil, una decisión que algunos no tienen más remedio que tomar, teniendo en cuenta el bienestar de su can: cuando sufre dolores que no pueden ser paliados, cuando su calidad de vida es inexistente... Pero existe otro tipo y el mismo término resulta tan dramático y chocante como aterrador: "eutanasia por comodidad". Es decir, sacrificar a un animal que está sano. De forma cotidiana sucede algo parecido en las perreras de nuestro país (y de todo el mundo): miles de perros que no son adoptados y que, salvo que exista una política de sacrificio cero, son sacrificados. Pero existe una versión aún más dramática: cuando un inhumano e irresponsable (por decirlo muy suavemente) pretende que un veterinario sacrifique a su perro por... ¿comodidad?

Lo he consultado con un par de veterinarios que nos han comentado que sí, en algún momento de su carrera les ha sucedido, pero es extremadamente raro y lo normal es lograr encontrar un nuevo hogar para esos canes a través de protectoras o contactos. 

Eso sí, hay que tener en cuenta que cuando se implanta la política de sacrificio cero en un municipio, como en Cataluña o Madrid,deja de ser posible puesto que la Ley prohibe sacrificar a los animales de compañía excepto por motivos de sanidad animal, de seguridad de las personas o animales, o de existencia de riesgo para la salud pública o medioambiental. Y, en cualquier caso, podría argumentarse que es delito según el Código Penal.

Por chocante que pueda parecer, resulta que la eutanasia por comodidad es una realidad en todo el mundo. Hemos compartido más de un caso de algún can obeso que fue llevado al veterinario con ese objetivo y sin embargo esquivó la muerte.

Estas son las razones que ha recibido la Dra Patty Khuly, una veterinaria de Miami, de parte de dueños de perro que querían que su animal fuera sacrificado:

- Me mudo y no me la puedo llever conmigo.
- Es demasiado grande y mi mujer ya no lo quiere.
- Tenemos muebles nuevos.
- He perdido mi trabajo y ya no me puedo permitir mantenerlo.
- Es mi mascota y tengo el derecho a pedir que sea sacrificado, ¿no?

Hay casos dramáticos, sin duda, como los que surgen a raíz de alguna sentencia judicial (cuando un perro muerde a un humano): perros que son considerados violentos y no rehabilitables. Aunque ahí entren perros como Mickey, el Pit Bull del que hablábamos hace poco: él esquivó la eutanasia porque tuvo la suerte de que un abogado lograra que su sentencia fuera otra, una "cárcel perruna" de la que no podrá salir pero en la que, al menos, está cómodo y bien atendido.

O casos en los que por necesidad, por falta de recursos pero también por dejadez o mera conveniencia de la piedad se pasa a la comodidad, como explican en esta otra clínica:

"También vemos la comodidad de algunos clientes que frente a enfermedades auto limitantes y de tratamientos costosos te sugieren abiertamente sacrificar a su mascota porque no tienen tiempo para aplicarle tratamientos que requieren dedicación, ni quieren gastar dinero en un “animal” que a la larga de todas maneras morirá.

En este caso concreto, los dueños de este Beagle le pidieron a una veterinaria de Cleveland, Ohio, que lo sacrificara porque... estaban hartos de la cantidad de pelo que soltaba.

En serio. 

Esta veterinaria, obviamente, trató de que cambiaran de opinión y al no lograrlo, no tuvo ninguna intención de hacer lo que le pedían. Se puso en contacto con una protectora para tratar de encontrar un nuevo hogar (en el que los humanos fueran eso, humanos y no lo contrario) para The Wizard of Wags, como se llama el can (Wiz para los amigos).

Por lo visto es algo que cada veterinario debe decidir porque no hay una normativa al respecto (también en España, al final el criterio será del veterinario)

Es un dilema, explican desde la Humane Society Veterinary Medical Association, cada vez más frecuente. Sobre todo por razones económicas, de ahí que incluso exista otro término: la eutanasia económica.

Wiz está a salvo, ha tenido mucha suerte: primero estuvo con una familia de acogida y posteriormente fue adoptado, según indican en su página de la prote.