Este es Frank, un salchicha jovencito que vive feliz, extra feliz, y que alegra con esos movimientos de rabillo a sus humanos. Pero eso es ahora, según cuenta su actual dueño en el texto que acompaña a este maravilloso vídeo, le salvaron por los pelos.
Había pasado sus primeros meses de vida encerrado en un espacio de 5 m2, solo y sucio...
Cuando llegó a su nueva casa, Frank tenía miedo de todo y de todos, se hacía pis encima y por supuesto no movía nunca el rabo.
Miradle ahora. Hasta durmiendo muestra su gran felicidad.
Tal y como recomienda su dueño, que justamente grabó el vídeo para mostrar cómo se puede salvar a un ser con un poco de cariño: si te estás planteando compartir tu vida con un perro, adopta, salvarás una vida.