Sydnee Geril lucha contra un cáncer, un sarcoma de Ewing, y a su lado casi siempre está su can, Tulsa, que ella está educando como perra de alerta médica y perra de asistencia: de cuando en cuando Sydney se desvanece inesperadamente y Tulsa ha aprendido a avisar justo antes de que suceda, para que así su humana pueda sentirse más tranquila y segura. Para ser más independiente en el día a día.
Tulsa también acompañaba a Sydnee durante su quimioterapia en el hospital pero cuando comenzó la pandemia del Coronavirus, Sydnee decidió ser extremadamente cauta y en ese momento Tulsa dejó de ir con ella: aunque ya se había aclarado que los canes no transmitían el virus, también se recomendaba extremar las medidas higiénicas, sobre todo en torno a las personas de riesgo, como Sydnee.
Para ella no era posible lavar a su perra en profundidad antes y después de cada visita al hospital para garantizar que no pudiera ser portadora del virus en su pelaje.
Pero Sydnee lo pasaba realmente mal sin Tulsa a su vera: además de por la gran compañía que le hace la perra, al no contar con sus alertas, tuvo que empezar a ir en silla de ruedas por el temor a que pudiera desmayarse y caer al suelo. Su calidad de vida comenzó a empeorar considerablemente.
Hasta que descubrió ese leotardo para perros tan peculiar del que ya hemos hablado en alguna ocasión, el Shed Defender: este "súper traje" y unas botas caninas han sido la solución para que Tulsa pueda estar siempre al lado de Sydnee de nuevo, también en el hospital y con total seguridad e higiene.
Ahora es mucho más sencillo garantizar que Tulsa no suelta pelos (para eso se ha diseñado justamente ese Shed Defender) y Sydnee solamente necesita limpiar su cabeza al salir del hospital.
Gracias a ese invento, Sydnee puede contar con el apoyo de Tulsa otra vez. Las sesiones de quimio son más llevaderas, mucho más llevaderas, y ella ha vuelto a sentirse más segura y a poder andar con tranquilidad, como le ha contado en más detalle a Today.com
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