Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, ha cuantificado el grave impacto que las olas de calor tienen sobre la salud de los perros. El estudio, publicado en junio 2025 en el Australian Veterinary Journal, analiza 20 años de historias clínicas veterinarias (1997-2017) de 217 651 perros y 2,18 millones de consultas en Nueva Gales del Sur para cuantificar cómo la temperatura ambiente y los días de calor extremo (más de 32°C) influyen en la mortalidad canina.
Los resultados no dejan duda alguna sobre la gravedad de algo que, debido al calentamiento global, será una constante: el aumento de las temperaturas y las olas de calor: el riesgo de muerte en perros se incrementa casi un 10 % cuando se superan los 32 °C, con un riesgo adicional del 1 % por cada grado por encima de los 25 °C.
Es más, en días festivos, las muertes de perros se disparan un 155 %, y los domingos el riesgo de mortalidad casi se duplica en comparación con otros días de la semana.
Las tasas más altas de mortalidad se registraron en Año Nuevo, seguido de Navidad (evidentemente, hay que tener en cuenta que en Australia en ese momento del año es verano).
Los investigadores especulan que esto puede deberse a que es más probable que las personas salgan con sus perros en esas fechas, muchas de las cuales coinciden con los momentos más calurosos del año. Además, es común que esos paseos incluyan actividad física, lo que agrava los efectos de las altas temperaturas. Y dado que en esos momentos la mayoría de clínicas veterinarias estarán cerradas, será más complicado que los perros recibieran los cuidados urgentes que necesitan.
En resumen: la combinación de altas temperaturas, actividad física adicional y posibles retrasos en la atención veterinaria crea un cóctel que puede resultar mortal para los perros.
Volvemos a compartir consejos básicos para cuidar a nuestros perros cuando llega el verano:
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