Se llama Pipsqueak, Pip para los amigos. Y ella no será consciente de la pedazo de aventura que ha corrido, debido a la pandemia del coronavirus, auque seguro que lo que recordará mejor es el reencuentro con sus humanos.
Esta linda salchicha de dos años llevaba toda su vida viajando con su familia, en barco, un periplo que estaba previsto que durara varios años más. Pero entonces llegó la pandemia y el confinamiento y se vieron obligados a regresar a Australia, su casa.
Lo peor fue que, debido a las restricciones impuestas por el COVID, tuvieron que dejar a Pip en EEUU. Primero en casa de una amiga y luego, como veréis, entraron en acción un buen número de personas sin ninguna relación con la familia de Pip, la mayoría mujeres que conocieron la historia de la perra a través de las redes sociales y decidieron echar una pata.
Un periplo de ¡16.000 km!
Gracias a ellas, Pip ha estado a salvo y ha podido emprender el viaje de regreso a casa hasta volver a los brazos de sus humanos.
Y también gracias a Virgin Australia porque al final del viaje de pronto encontraron otro escollo, el vuelo de Melbourne a Sidney en el que tenía que viajar Pip estaba lleno. Así que esta línea aérea, al conocer las aventuras que había vivido la salchicha dicharachera, consiguieron que pudiera tener un viaje VIP hasta su casa.
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