• Compartir
  • Whatsapp de SrPerro

El doble peligro de sufrir un accidente de coche o moto en carretera cuando vas con perro (aún en 2024)

El doble peligro de sufrir un accidente de coche o moto en carretera cuando vas con perro (aún en 2024)

Última actualización del articulo el día 16/03/2024

Los perros ya no son cosas, por fin son -oficialmente y a efectos legales- seres sintientes. Además, ya está en vigor también la Ley de Bienestar Animal que si bien no protege a todos los perros, al menos, en teoría, sí se ocupa de garantizar los derechos de algunos canes.

Esta ley obliga a los ayuntamientos a tener un servicio de urgencia -disponible las 24h del día- para poder recoger a animales extraviados o abandonados y alojarlos en un centro de protección animal.

Esa es, como decimos, la teoría porque, como nos vuelve a explicar el experto en emergencias a la par que humano perruno Juan Luis de Castellví, en caso de sufrir un accidente de coche o moto en carretera, la ausencia de regulación real y de protocolos claros hace que sigamos dependiendo de la buena voluntad de las personas que nos atiendan. Así de triste, preocupante y peligroso.

El propio Castellví reconoce que cuándo debe desplazarse en coche llevando a su perro Chui con él lo pasa mal, porque entiende el doble peligro que podría correr en caso de sufrir un percance.

Lo ideal, aclara, sería que, además de cumplir con la normativa vigente, los ayuntamientos tuvieran acuerdos con clínicas veterinarias en el municipio para así garantizar la atención de cualquier animal que pudiera resultar herido en un accidente, algo que ahora mismo no sucede.

Lo más frecuente es que unos y otros rechacen la responsabilidad.

A su pesar, lo ha comprobado recientemente Toffee, un conocido y zampable perro motero, que viajaba junto a su humana, Mari Luz. Por fortuna ambos están bien pero lo han pasado francamente mal, especialmente Mari Luz: ella tuvo que ser evacuada en ambulancia y pese a sus ruegos y peticiones nadie, nadie, se hacía cargo de Toffee.

Compartimos lo que les ha sucedido, en sus palabras, para concienciar, porque es inaudito que en 2024 se siga maltratando así a las familias con perro. 

Porque aquí el maltrato es doble, hacia la persona que -desesperada y atónita- se topa con una realidad incomprensible, que nadie se responsabiliza, nadie se hace cargo de su perro tras sufrir un accidente. Y evidentemente hacia el propio can, esté o no herido, puesto que el animal estará viviendo momentos extremadamente estresantes con el riesgo añadido de que pueda asustarse y salir corriendo, perderse o peor.  

Algunos seguros de coche sí permiten agregar a los perros, para así tener algunas garantías en caso de accidente: consultadlo con vuestras compañías por si pudiera ser el caso.

 

"Llevo viajando en moto más de diecisiete años. Miles de kilómetros a las espaldas. Cuando mi perro Toffee llegó a mi vida tuve que inventar nuevas formas de conocer mundo, y entonces, llegó la furgoneta. Mi perro me ha acompañado por toda la península por ocio e incluso en algunos viajes de trabajo.

Antes de la pandemia un sueño cruzó mi cabeza… ¿y si pudiera juntas las dos cosas que más feliz me hacen? Mi pareja de entonces, también motero, y yo comenzamos a indagar acerca de la posibilidad de viajar en moto con perro.

Encontramos mochilas, trasportines caseros… pero ninguna opción nos parecía suficientemente segura, hasta que encontramos el sistema que llevo en la actualidad: barras antivuelco, robusto, estable y cómodo para el animal, #pillionpooch. Y sobre todo una amplia experiencia de sus desarrolladores viajando por el mundo con tres perros durante años.

Toffee lo aceptó bien, con el debido entrenamiento. Si no, otro gallo nos hubiese cantado.

 

Los accidentes ocurren, incluso en tu casa o en el parque, lo asumo. Algunos me han llamado loca, pero puedo asegurar que he hecho todo lo que ha estado a mi alcance para que mi peludo vaya a salvo, y aprovecho para recordar el uso de un arnés testado en golpes, gracias a lo cual mi perro está aquí.

El pasado fin de año volvíamos de ver las luces de Vigo, cuando en la A6, debido al mal estado del asfalto, la moto, Toffee y yo nos fuimos al suelo. Aunque el sistema funcionó y permaneció intacto, Toffee y yo sufrimos contusiones y heridas leves, que precisaron atención médica y veterinaria, y ahí comenzó mi odisea.

Tras comprobar que mi perro se encontraba a salvo y sin nada roto, pero en estado de shock, solicité atención de asistencia para ambos.

La compañía RACE se negó a trasladar al animal a pesar de mis súplicas, la Guardia Civil con amabilidad, esgrimió que no tenía medios para hacerse cargo.

Mi impotencia y mi pánico iban en aumento, y a pesar del dolor de mi hombro malherido yo insistía en que no podía marcharme al hospital sin saber dónde iba mi perro y con quién. Son momentos de angustia infinita.

Finalmente, la Guardia Civil me aseguró que el conductor de la grúa se haría cargo del animal cuando llegase, y a mí me obligó a ser evacuada al centro sanitario.

Toffee fue confiado a la buena fe de la persona que conducía la grúa y trasladado a sus instalaciones en lugar de ser rescatado, custodiado y protegido por la nueva ley de bienestar animal ni por las autoridades.

Yo estaba consciente y pude presionar, pero y ¿si no lo hubiese estado? ¿Qué habría pasado con Toffee? ¿Cuándo vamos a diferenciar entre objetos materiales y seres vivos?

Agradezco la humanidad del transportista, pero insisto en que una grúa y sus instalaciones no son ni el trasporte ni el lugar indicado para transportar seres vivos heridos. Toffee fue recogido una hora después de mi evacuación mientras yo permanecía en urgencias.

No descansé hasta que recibí el WhatsApp con las palabras mágicas: “Tenemos a Toffee y está bien”. Con mi hombro ya colocado en su sitio, pude reunirme con Toffee, acudimos a un centro veterinario de urgencia, que hubiese sido lo indicado desde el principio.

Aún no he obtenido respuesta por parte de aseguradoras y asistencia sobre quién es el responsable de recoger a un animal herido, e incluso tuve que abonar de mi propio bolsillo la limpieza de la tapicería del vehículo donde se le trasportó (el RACE se ha negado a cubrir el coste de esa factura).

Solo he obtenido negativas y respuestas vagas como ”se sobreentiende que se le recogería”, “suponemos que sí”, “tú tranquila”, pero nada en firme.

Si bien he notado una mejor atención en transporte a mi domicilio cuando el vehículo se ha averiado, no encuentro respuesta en el caso de accidente de tráfico en el que el ocupante u ocupantes no puedan hacerse cargo del animal y además que pudiera agravarse por la necesidad de atención veterinaria.

En una sociedad cambiante en la que cada día hay animales en más familias estamos a años luz de conseguir que sus derechos sean escuchados.

Toffee y yo estamos totalmente recuperados. Seguiremos viajando juntos, pero antes, como veis, hay varios interrogantes y dificultades que debemos solucionar."

Como nos ha vuelto a confirmar Juan Luis de Castellví todas las preguntas de Mari Luz siguen teniendo la misma respuesta: es factible que nadie se haga cargo de un perro herido tras un accidente. Es factible que todos te den largas, desde el RACE a la Guardia Civil.

Por mucho que ahora la ley obligue a los ayuntamientos a tener un servicio de recogida de 24h en la mayoría de localidades esto aún no sucede y siguen lavándose las manos y seguimos teniendo que depender de la buena voluntad de quien acuda a socorrernos.

Su consejo es llevar siempre con nosotros una lista de contactos de emergencia con sus teléfonos para que puedan contactar con ellos en caso de urgencia y que esas personas pudieran hacerse cargo del perro o gestionar la situación si nosotros no podemos.

Te puede interesar