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¿Comen los perros y los gatos menos en verano?

¿Comen los perros y los gatos menos en verano?

Última actualización del articulo el día 15/07/2017

Cuando llega el calor, muchos perciben que sus perros o sus gatos comen menos cantidad diaria de alimento.

La cuestión es, ¿es normal? ¿hay que preocuparse? ¿es el calor, realmente, el motivo por el cual comen menos?

Consejo patrocinado por Nutro

Hemos consultado estas dudas al equipo veterinario de Nutro, marca de alimentación natural para perros con la que SrPerro colabora difundiendo contenidos de interés sobre nutrición. Y esto es lo que nos han contado.

 

Comer menos en primavera que en verano

 

En realidad, el verano no es la época del año en la que un perro o un gato come menos, sino la primavera.

Sobre todo en gatos, las variaciones del consumo de alimento y el peso corporal muestran un ritmo circanual.

Eso quiere decir que siguen un ciclo anual en el que:

- El consumo de alimento es máximo en otoño y mínimo en primavera.


- Algunos animales llegan a comer hasta un 15% menos en julio con respecto al mes de diciembre.


- El peso corporal del gato o del perro es máximo a mediados de invierno y mínimo en verano.

 

El calor NO es el motivo

 

Las variaciones en el consumo de alimento y en el peso corporal, en realidad, no tienen que ver con la temperatura ¡sino con la luz!

 

 

Se han hecho estudios en muchas especies de mamíferos -especialmente en rumiantes y en roedores- para entender los motivos de las variaciones en el consumo de alimento según la época del año.

La conclusión a la que han llegado los expertos es, cuanto menos, curiosa:

Resulta que esas variaciones en el peso y en la ingesta son la expresión de un ritmo endógeno (o sea, un ritmo que se origina dentro del organismo del animal) que está sincronizado con los cambios en la duración del fotoperíodo.

En palabras más simples: el organismo de los perros y los gatos se sincroniza con la duración de la luz del día a lo largo de las diferentes estaciones del año.

Es decir, dependiendo de cuantas horas de luz sean las habituales en cada época, el can o el gato tiene más o menos hambre y come más o menos.

Aunque pase parte del tiempo en un lugar con aire acondicionado, la luz es la que marca sus pautas alimenticias y, de forma automática, los cambios en su metabolismo.

Cuando los días empiezan a acortarse, cuando empieza a haber menos horas de luz solar, el organismo de los canes reacciona de forma inversa para prepararse para el invierno: se ralentiza su metabolismo y por eso el perro puede engordar consumiendo las mismas calorias que en verano.

 


Los perros y los gatos castrados, un caso particular

 

En algunas especies como el gato o el perro, la castración parece que influye en las variaciones estacionales del consumo de alimento y peso corporal.

 

¿Cuándo hay que empezar a preocuparse?

 

Cuando un perro o un gato dejan de comer, lo primero que hay que hacer es descartar cualquier problema de salud.

Los cambios en el comportamiento trófico, es decir en el consumo de alimento, suelen ser un signo frecuente de enfermedad. Y, además, en ocasiones, estos cambios contribuyen a agravar el curso de la enfermedad que los ha provocado.

En gatos, la anorexia es especialmente peligrosa y puede provocar incluso la muerte del animal en pocos días.

Por eso, si notas cualquier variación destacable en la cantidad de consumo de alimento de tu perro o tu gato, o bien percibes que pierde o gana peso de forma acelerada, acude a tu veterinario inmediatamente.

 

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