Bobi fue declarado oficialmente por el Guinness World Records como el perro vivo más viejo del mundo y el perro más longevo de todos los tiempos el 2 de febrero de 2023: entonces tenía, supuestamente, 30 años. Y murió rozando los 32 años, de nuevo, en teoría.
Las dudas sobre la edad real de Bobi surgieron tras su muerte, especialmente tras la publicación de un amplio reportaje al respecto en Wired que, en esencia, cuestionaba cómo se otorgaban los títulos del Guiness World Records en general, no solo para la longevidad canina.
Guinness World Records no tuvo más remedio que reaccionar ante la avalancha de críticas: han revisado todos los datos, los que previamente habían aceptado para otorgar a Bobi, un Rafeiro do Alentejo de Conqueiros, el título como el más longevo de la historia y han concluído que "ya no tienen la evidencia que necesitan para respaldar el reclamo de Bobi como poseedor del récord."
Según han explicado, para justificar su decisión previa, “un elemento central de la evidencia de Bobi fueron los datos del microchip obtenidos de la base de datos del gobierno portugués, la SIAC, que resulta que, cuando se colocó el chip en 2022, no requería prueba de edad para los perros nacidos antes de 2008."
Es decir, no hay ninguna forma de verificar de manera concluyente la edad real que tenía Bobi. Y por eso, de manera póstuma, le han retirado el título.
Desde la organización también han explicado que van a pedir evidencia documental de todos los años de los perros para volver a otorgar este título y por ello no están aún "en condiciones de confirmar un nuevo poseedor del récord".
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