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Ayer fue un día raro: la carta de despedida de un perro a su humano

Ayer fue un día raro: la carta de despedida de un perro a su humano

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

Benny ha sido un perro con suerte, un perro muy querido que acompañaba a su persona, como él la llamaba, a John Pointer, que es músico, hasta a sus conciertos. Su carta de despedida quizá os hará llorar, lo sé y lo siento, pero la traduzco aquí porque... es preciosa. Y porque creo que todas las despedidas perrunas que compartimos nos ayudan a nosotros, a los que nos tememos cada día ese momento. Esta carta tan tierna y real a lo mejor también consigue que los que no tienen perro puedan empezar a entender el profundo y visceral vínculo que se establece con un can con el que compartes tu vida, su vida.



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Ayer fue un día raro. No podía salir de la cama. El tío con el que vivo me aupó. Intenté poner bien las piernas pero no querían cooperar. Él me dijo, "No te preocupes, yo te ayudo colega", mientras me llevaba abajo y fuera de casa. Todo un detalle. Necesitaba desesperadamente hacer pis, y lo hice justo donde me soltó. Normalmente no lo haría ahí pero ambos decidimos que era el momento de romper la regla.

Eché a andar hacia a través del parking hacia el sitio donde todos los perros como yo van a hacer caca. Sentí mis patas arrastrarse por el suelo. "Que extraño", pensé. Entonces, de pronto, no podía esperar y tuve que hacerlo ahí, en medio del parking. Normalmente nunca lo haría así, va contra las normas. 

Mi persona limpió todo el estropicio. Se le da bien. Me dio verguenza, le miré y él me dijo "¿Quieres seguir andando, colega?" Sí que quería pero me resultaba sorprendentemente difícil. Para cuando llegamos al final del parking me daba vueltas la cabeza. Traté de subir la pequeña colina y casi me caigo. No entendía lo que pasaba. 

Él se agachó de nuevo y me acarició. Eso me hacía sentir bien. Me cogió en sus brazos y me llevó a casa. Seguía confundido, algo mareado, pero me alegré de no tener que andar todo el camino de vuelta. De pronto me parecía una distancia imposible.

Qué bien me sentó tumbarme en mi cama. Mi persona me acarició diciendo, "Yo me encargo de todo, colega. Yo me encargo.". Me encanta lo bien que eso me hace sentir. Sé que es verdad. Él hace que todo vaya mejor.

Me tocó las patas, me levantó el labio. Dijo, "Eh, amigo, ¿tienes frío?. Lo cierto es que sí. Mi cara estaba fría, mis patas estaban frías. Envió SMS a unas cuantas personas y volvió a acariciarme.

A los pocos minutos llegó otra persona. Es uno de mis favoritos y se llama Jay. Me acarició y le dijo a mi persona: "¿Quieres coger una manta?". Me echaron la manta por encima y, guau, qué bueno. Me fui relajando y los dos me acariciaban pero también estaban tratando de contener las lágrimas. 

No quiero que lloren nunca, me rompe el corazón. Es mi trabajo hacer que se sientan mejor pero estaba un poco cansado, y tenía frío. Me iba durmiendo a ratos y ellos seguían ahí, asegurándose de que me encontraba bien mientras charlaban el uno con el otro.

A lo largo de todo el día mi persona hizo algunas llamadas de teléfono y pasó mucho tiempo conmigo. Le oí decir: "A las 9 de la mañana, vale, sí... ya le diré si hay algún cambio. Gracias Doctor MacDonald." Llamó a alguien otro y dijo: "Lo siento, tengo que cancelar lo de esta noche." Entonces, mientras me dormía de nuevo, creo que le escuché llorar otra vez.

Por la noche, vinieron de visita otras de mis personas favoritas. Todos muy cariñosos. Les lamí las lágrimas cuando acercaban su cara a la mía. Me susurraban cosas dulces al oído y me decían que era un buen chico. 

Más tarde me encontré lo suficientemente bien como para levantarme y acercarme a la puerta a ver quién venía. Fue mucho más agotador de lo que recordaba pero me encantó verles a todos. Escuche a mi persona decir algo como "Es la primera vez que se levanta solo hoy". A todos les gustó verme fuera de la cama. A mí también pero... guau, una vez que se pasó la diversión, me resultaba agotador moverme.

Cuando se fue la última visita, mi persona me llevó fuera para que hiciera "mis cosas". Volvimos dentro y cuando llegamos a las escaleras me parecieron el doble de altas y diez veces más largas que nunca. Miré a mi persona y él me miró. Dijo: "No te preocupes, yo me encargo, amigo," y me llevó en sus brazos.

Y entonces, ¡aún mejor! En vez de dormir en mi cama, me llamó para que fuera a dormir en su cama. Dejadme repetirlo, ¡dormí en la cama con mi persona! Normalmente cada cual duerme en la suya pero anoche nos acurrucamos juntos y me gustó mucho poder estar tan cerca de él. Pensé, "Este es mi lugar. Nunca me iré de su lado." Pero no me sentía muy bien físicamente, a veces me costaba respirar.

Me parece que todo comenzó hace unos meses. Estábamos jugando a que yo recogía la pelota y de pronto me caí desmayado. No sé lo que pasó, creo que dejé de respirar. Escuchaba a mi persona llamándome pero no podía mover un músculo. Me levantó la cabeza y me miró a los ojos. Le podía ver pero no podía darle un lametazo. Me decía, "Benny, ¿estás ahí?" Y yo no podía responder. Me miró y me dijo: "No te preocupes, amigo, yo me encargo, yo me ocupo de todo." Empecé a verlo todo negro pero entonces mis pulmones tomaron una gran bocanada de aire y recuperé la vista.

Fuimos a ver a varios médicos y desde entonces he escuchado muchas palabras como "cardiomiopatía", "cáncer", "fallo renal". Lo único que sé es que a veces estoy bien y a veces... ya sabes... pues no me siento bien. Mi persona me da medicinas. 

Esta mañana escuché a mi persona levantarse y darse una ducha. Volvió a la habitación y olía realmente bien. Me ayudó a levantarme, pero esta vez podía hacerlo yo solo. Llegamos a las escaleras y... guau... parecían tan largas y empinadas. Me dijo "estoy aquí, colega" y me llevó en brazos. Hice mis cosas y volvimos a entrar. Abrió una lata, una lata de comida húmeda. Tío... ¡adoro esa cosa!

Jay volvió a aparecer. ¡Qué sorpresa tan agradable! Él y mi persona parecían preocupados pero todos me acariciaban. Era un poco como una obra de teatro, todos los actores estaban tristes pero hacían ver que estaban contentos. Poco después llegó otra persona. Llevaba pantalones de médico y me apoyé en ella.

Les escuché hablar. Me miraban las encías y me tocaban las patas. Le escuché a la señora con pantalones de médico decir: "La decisión es tuya pero sí, sin duda está en ese momento. No quiero presionarte pero viendo la falta de color estoy hasta impresionada de que pueda levantarse. Además de las patas y la boca mira esto... señaló a mi cara... "esto debería de estar de color rosa y está casi blanco, incluso algo amarillo."

Estábamos fuera. Mi persona y Jay entraron para hablar de algo. Cuando volvieron a salir, escuché a mi persona decir: "Estoy de acuerdo. No quiero esperar hasta que resulte que está sufriendo demasiado". Así que entramos. La verdad, me encontraba bastante mal pese a que estaba en pie y andando. Tenía la impresión de que toda mi cabeza estaba fría, mis patas delanteras estaban heladas y las traseras no funcionaban bien.

La señora con pantalones de médico dijo: "le pongo esto en el músculo. Es un sedante. Luego volveré y así podrás quererle hasta que se duerma". Mi persona me dio un beso en la cara y me miró a los ojos. Él estaba intentando no llorar. La señora con pantalones de médico me puso una injección de algo en la pata. Yo sólo miraba a mi persona. Es tan absolutamente fantástico. Siempre estaré a su vera. 

Él y Jay me acariciaron y me dijeron las cosas más bonitas: lo buen perro que soy, el buen trabajo que he hecho y lo agradecidos que están de tenerme en su vida. Al poco mi cabeza empezó a estar un poco ida. ¡CONCÉNTRATE! Miré a mi persona. Cuánto le quiero. 

Me adormilé un poco. ¡CONCÉNTRATE! Puedo ver a mi persona, le quiero tantísimo. Siempre estaré a su lado. Él lo sabe. ¿Tengo sueño? ¡CONCÉNTRATE! Siempre le miraré con todo mi corazón...

La señora con pantalones de médico dijo: "Tiene verdaderas ganas de quedarse contigo. Está intentándolo con todas sus fuerzas. Es impresionante." Mi persona aguantó los sollozos y dijo, "Lo sé. Este chico se desvive por mí. Es el ser más leal que jamás haya conocido..." Juntamos nuestras cabezas y cerramos los ojos. Me sentía bien. No puedo describirlo. Nos miramos de nuevo. Sentía que tenía que vivir el momento pero echarme era, quizá, mejor. Mi persona me ayudó a tumbarme. Tío, eso hizo que me sintiera biennnnnn. Sentí como él y Jay me acariciaban y les escuchaba hablarme. Me quieren tanto. ¿A que tengo suerte? Entonces sentí miles de manos acariciándome. Todos los que alguna vez he conocido y me han querido estaban ahí, acariciándome, rascándome las orejas, en ese punto bajo el collar que hace que se me mueva la pierna. Todos deberían probar esto, ¡es una pasada!

Entonces la señora con pantalones de médico tocó mi pata. ¿Os había contado ya que mi persona tuvo que hacer que me arreglaran mis dos rodillas? Son de titanio y me han venido genial pero, ya sabéis... últimamente no me sentía bien.

Con todos acariciándome la señora con pantalones de médico me puso otra injección y esta vez según entraba el líquido, ¡mis patas se curaron! ¡Mis rodillas estaban perfectas! Y mientras lo sentí circular por mi cuerpo, ¡mi cáncer desapareció! ¡Y entonces mis riñones empezaron a ir mejor! Al final, ¡hasta mi corazón se puso bien y estaba sano! Sentí como como si hubiera saltado fuera de mi enfermedad. ¡Una pasada!

Vi a mi persona y a Jay, a la señora que vive en nuestra casa, Shelly. Todos estaba acurrucados en torno a algo. Me acerqué a mirar. Se parecía a... No sé. Un poco a mí pero tal y como yo estaba cuando estaba enfermo y agotado. La cara no se veía bien pero parecía que ese tío lo había estado pasando fatal.

Sentía que mi persona estaba a la vez aliviado y muy, muy triste. Le quiero un montón. Miré a la forma que se parecía a mí y le miré a él. Creo que estaba triste por esa forma. Salté por la habitación, haciendo el payaso, pero parece que querían estar tristes y no hacían más que mirar a esa cosa a la que acariciaban y besaban.

Mi persona estaba triste. Me apoyé contra él, como he hecho millones de veces antes pero no era igual. Sentía que su cuerpo era una nube y que yo lo atravesaba. Así que anduve hasta estar a su lado, como un buen chico, y mi corazón le susurró al suyo: "No te preocupes, amigo. Yo me encargo de todo."

Nunca me iré de su vera. Él lo sabe.

 

Este es John, su persona