El sector veterinario en España atraviesa una situación crítica, confirma un nuevo estudio centrado en la salud mental de estos profesionales.
No es la primera vez que se analiza este grave problema que afecta a tantísimos veterinarios: la fatiga por compasión y el burnout son fenómenos cada vez más extendidos.
Y en España, la carga burocrática generada por el nuevo decreto que regula cómo los veterinarios pueden prescribir ciertos medicamentos solo viene a empeorar la situación, según llevan meses denunciando los propios veterinarios.
El agotamiento emocional es generalizado: más del 94% de los veterinarios que han participado en este estudio afirman haberlo experimentado en las semanas previas y más del 51% lo sufren frecuentemente o constantemente.
La ansiedad derivada del propio trabajo también es una constante para más del 92% de los veterinarios y más del 85% ha sufrido insomnio.
Lo cierto es que todas las cifras que han recogido en este estudio -en el que no indican cuantos veterinarios en total han participado- son dramáticas.
A nivel mundial diversos estudios han mostrado que los veterinarios tienen un mayor riesgo de suicidio comparado con la población general y aquí se confirma este dato: el 11.88% de estos profesionales ha experimentado pensamientos relacionados con suicidio vinculados al trabajo, una tasa 4,5 veces mayor al del resto de la población en España.
Podéis consultar todos los datos del estudio aquí, y también firmar la iniciativa que está en marcha para pedir que los veterinarios puedan dispensar directamente los medicamentos en sus clínicas, centros o botiquines profesionales.
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